miércoles, 23 de octubre de 2013

La estación de autobuses

 Lamentable estado de la estación de autobuses

Con un alcalde cada vez más alejado de los problemas cotidianos del municipio, los vecinos ven como disminuye la atención que dedica a las pequeñas cuestiones que, de solucionarse, harían más cómoda y agradable la vida en la localidad. 

Una muestra de lo anteriormente dicho, es el lamentable y tercermundista estado en el que se encuentra desde hace meses la estación de autobuses de la localidad, que es una de las puertas de acceso por parte de los turistas, así como la terminal que muchos trabajadores y estudiantes utilizan para desplazarse a la capital cada día. 
No entendemos el lamentable estado de la terminal, que es la primera impresión que se llevan muchos visitantes

Los socialistas, haciéndose eco de las razonables quejas de los molestos usuarios, no entienden que no se tomen cartas en el asunto y se asuman o se hagan asumir las responsabilidades pertinentes para que la estación sea algo más que un basurero sin ningún tipo de limpieza ni salubridad. Si para Martínez Majo la apuesta económica del municipio ha de ser el turismo, como motor de creación de riqueza y empleo, y para ello pretende gastar más de 1.200.000 € en la piscina de olas, no puede tener abandonada, como tiene, la estación de autobuses. 

Suciedad, abandono, deterioro, cámaras frigoríficas oxidadas y otras cuestiones más desagradables se encuentran los usuarios de la terminal
Antes de gastar 1.200.000 € sin tener la certeza de que se puedan amortizar o vaya a suponer un revulsivo turístico, han de cubrirse otros servicios más básicos, como el de la policía local, o construir el tan necesario centro de día o habilitar, porque urge, un centro para la juventud, ya que los jóvenes se verán abocados un invierno más a deambular por las frías calles coyantinas sin nada que hacer.

lunes, 7 de octubre de 2013

Hay o no hay dinero, esa es la cuestión

Municipalizar la escuela infantil crearía empleo estable a diferencia de la nueva piscina

El PSOE de Valencia de Don Juan no entiende la permanente contradicción entre el discurso de Martínez Majo, que pivota en torno a la necesaria austeridad y las dificultades económicas que supondrían asumir nuevos servicios o gestionar directamente alguno de ellos, como es el caso de la escuela infantil, y las intenciones de gastar más de 900.000 € en el polideportivo en la construcción de la nueva piscina de olas.

Se puede crear empleo estable, anual y cualificado mediante la gestión directa de la escuela infantil y el servicio de ludoteca

Frente a un empleo municipal estable, como el que supondría la gestión pública y directa de la Escuela Infantil con servicio de ludoteca, el alcalde opta por seguir adelante con su arriesgado y fantasioso proyecto de una nueva piscina de olas, lo que incrementará el gasto corriente del Ayuntamiento, que ya tiene que mantener la deficitaria piscina climatizada.

Este nuevo gasto contradice la frase más empleada por Majo cuando de prestar otra serie de servicios o de cubrir otras necesidades más básicas se trata: no hay dinero. Según palabras del equipo de gobierno, en los meses de junio y septiembre no podemos mantener abiertas las piscinas lúdica y olímpica a la vez porque cuesta mucho dinero su mantenimiento.

Por eso los socialistas no entienden que alegue dificultades económicas para asumir la gestión directa de la escuela de infancia o el servicio de ludoteca que se va a prestar en el edificio y que el equipo de gobierno ha preadjudicado a dedo a una empresa privada. La prestación directa por parte del Ayuntamiento de ambos servicios conseguiría ofrecer unas mejores condiciones a las familias, así como evitar pagar el canon que Martínez Majo tiene que abonar a la empresa que actualmente tiene adjudicada la escuela infantil, y que supone a los coyantinos 45.000 € anuales.
Majo no puede alegar que no hay recursos para ello y pretender hacer al mismo tiempo una piscina de 900.000 €
Por último, los socialistas resaltan que en la Escuela infantil se podría crear un empleo público, estable, anual y parte de él cualificado, algo imposible gastándose más de 900.000 € en una piscina con olas, toboganes o tablas de surf.