Brillante intervención del leonés José Antonio Alonso
El portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso [en la foto en el mitin que protagonizó en Sahagún durante la pasada campaña electoral], apeló ayer a la unidad de los partidos democráticos para acabar con "la banda de asesinos" de ETA y ofreció un diálogo permanente y una voluntad de entendimiento con todos los grupos parlamentarios en el resto de temas.
Alonso, en su primera intervención en un debate en el Congreso como nuevo portavoz parlamentario del grupo socialista, dedicó sus primeras palabras -en la sesión de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno- a recordar a las cinco personas asesinadas por ETA en la pasada legislatura y a todas las víctimas del terrorismo.
Sus asesinos, advirtió, "sólo tendrán el desprecio de todos los seres civilizados y la certeza de que pagarán por sus crímenes". Después de apuntar que no ha sido una sorpresa para nadie que ETA haya vuelto a matar en pleno proceso electoral, opinó que, si dependiera de los terroristas, nunca habría elecciones ni en el País Vasco "ni en ningún otro lugar". No obstante, se mostró convencido de que ETA no tiene capacidad para condicionar con sus crímenes la política española y vasca, porque solo son una "banda de asesinos a los que hay que perseguir con todos los instrumentos del Estado de derecho".
Con la firme voluntad de seguir trabajando para que el fin del terrorismo sea posible cuando antes, hizo un nuevo llamamiento a la unidad de todas las fuerzas democráticas. Y la mejor manera de recuperar la unidad que, a su juicio, se quebró en la legislatura pasada, es renunciando a los reproches. "Hoy no hay ningún motivo para la división. Los españoles no la comprenderían ni la aceptarían", ha dicho, antes de recordar que Zapatero expuso anteayer un marco de lucha antiterrorista, en el que contará con el apoyo "incondicional" del PSOE.
Los socialistas, además, tenemos el "firme deseo" de establecer un marco de consenso y colaboración con el PP, subrayó Alonso, quien se comprometió a hacer todo lo que esté en sus manos para conseguirlo. Un diálogo y entendimiento que el PSOE quiere extender al conjunto de las fuerzas democráticas, y no sólo en la lucha contra ETA, sino en otros temas, resaltó Alonso, quien urgió a la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. "Cualquiera que sean nuestras diferencias, iniciemos esta etapa con la firme e inequívoca voluntad de compartir el futuro", animó Alonso a todos los diputados. Porque, de acuerdo con su interpretación, aunque los ciudadanos han encargado al PSOE la formación y el mantenimiento del Gobierno, también han reafirmado el carácter pluralista del sistema político, con una decena de partidos representados en la Cámara.
A su juicio, el 9 de marzo supuso el triunfo del modelo de gobierno de los cuatro años anteriores y también significó el "fracaso" de una estrategia de oposición "basada en la crispación política". Ha puesto sus esperanzas, en este punto, que ese clima sea una cuestión del pasado, e hizo hincapié en la necesidad de recuperar la tranquilidad política, que no está reñida con la defensa firme de las convicciones ideológicas de cada cual.
Durante su discurso, explicó que la característica esencial del proyecto de Gobierno que propone Zapatero es su carácter de cambio, con un programa que parte de lo ya logrado, pero no se instala en ello, ni se conforma con las soluciones que ya se han dado. Se asienta en los mismos valores y eso le da continuidad, pero es un programa "renovado y renovador", para que España entre en la segunda década del siglo XXI "en las mejores condiciones que nunca ha conocido", agregó.
Alonso apreció que "la salud económica es una condición necesaria para la cohesión social" y ha puesto el acento en que la aceleración de los cambios a nivel mundial obliga a hacer un esfuerzo suplementario para que España no pierda el tren del progreso. Explicó, además, que los ejes del proyecto socialista son consolidar el progreso económico de España sobre las bases del bienestar y de la creación de empleo, abordar los problemas de la sociedad con políticas progresistas y solidarias y hacer una política que respete y estimule la creciente complejidad de la sociedad y, a la vez, potenciar la integración y la cohesión.
Alonso, en su primera intervención en un debate en el Congreso como nuevo portavoz parlamentario del grupo socialista, dedicó sus primeras palabras -en la sesión de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno- a recordar a las cinco personas asesinadas por ETA en la pasada legislatura y a todas las víctimas del terrorismo.
Sus asesinos, advirtió, "sólo tendrán el desprecio de todos los seres civilizados y la certeza de que pagarán por sus crímenes". Después de apuntar que no ha sido una sorpresa para nadie que ETA haya vuelto a matar en pleno proceso electoral, opinó que, si dependiera de los terroristas, nunca habría elecciones ni en el País Vasco "ni en ningún otro lugar". No obstante, se mostró convencido de que ETA no tiene capacidad para condicionar con sus crímenes la política española y vasca, porque solo son una "banda de asesinos a los que hay que perseguir con todos los instrumentos del Estado de derecho".
Con la firme voluntad de seguir trabajando para que el fin del terrorismo sea posible cuando antes, hizo un nuevo llamamiento a la unidad de todas las fuerzas democráticas. Y la mejor manera de recuperar la unidad que, a su juicio, se quebró en la legislatura pasada, es renunciando a los reproches. "Hoy no hay ningún motivo para la división. Los españoles no la comprenderían ni la aceptarían", ha dicho, antes de recordar que Zapatero expuso anteayer un marco de lucha antiterrorista, en el que contará con el apoyo "incondicional" del PSOE.
Los socialistas, además, tenemos el "firme deseo" de establecer un marco de consenso y colaboración con el PP, subrayó Alonso, quien se comprometió a hacer todo lo que esté en sus manos para conseguirlo. Un diálogo y entendimiento que el PSOE quiere extender al conjunto de las fuerzas democráticas, y no sólo en la lucha contra ETA, sino en otros temas, resaltó Alonso, quien urgió a la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. "Cualquiera que sean nuestras diferencias, iniciemos esta etapa con la firme e inequívoca voluntad de compartir el futuro", animó Alonso a todos los diputados. Porque, de acuerdo con su interpretación, aunque los ciudadanos han encargado al PSOE la formación y el mantenimiento del Gobierno, también han reafirmado el carácter pluralista del sistema político, con una decena de partidos representados en la Cámara.
A su juicio, el 9 de marzo supuso el triunfo del modelo de gobierno de los cuatro años anteriores y también significó el "fracaso" de una estrategia de oposición "basada en la crispación política". Ha puesto sus esperanzas, en este punto, que ese clima sea una cuestión del pasado, e hizo hincapié en la necesidad de recuperar la tranquilidad política, que no está reñida con la defensa firme de las convicciones ideológicas de cada cual.
Durante su discurso, explicó que la característica esencial del proyecto de Gobierno que propone Zapatero es su carácter de cambio, con un programa que parte de lo ya logrado, pero no se instala en ello, ni se conforma con las soluciones que ya se han dado. Se asienta en los mismos valores y eso le da continuidad, pero es un programa "renovado y renovador", para que España entre en la segunda década del siglo XXI "en las mejores condiciones que nunca ha conocido", agregó.
Alonso apreció que "la salud económica es una condición necesaria para la cohesión social" y ha puesto el acento en que la aceleración de los cambios a nivel mundial obliga a hacer un esfuerzo suplementario para que España no pierda el tren del progreso. Explicó, además, que los ejes del proyecto socialista son consolidar el progreso económico de España sobre las bases del bienestar y de la creación de empleo, abordar los problemas de la sociedad con políticas progresistas y solidarias y hacer una política que respete y estimule la creciente complejidad de la sociedad y, a la vez, potenciar la integración y la cohesión.
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