Una de dos, o Ibarretxe no es el presidente de comunidad autónoma más avezado o es un ladino demagogo. Puede que sea las dos cosas. Él, que es el máximo representante del Estado español en el País Vasco, exige un pacto que, violentando la legalidad vigente, posibilite una convivencia amable de Euskadi con el Estado. Habla como si su sueldo y su coche oficial fueran fruto de alguna providencia divina. Quizá sea así, no conviene olvidar que la historiografía del PNV debate acerca de qué alma ha tenido más importancia, la católica o la independentista. Es decir, si eran más meapilas o más trogloditas.
Una de dos, o Carlos Ibarrola Dueñas no es el Alcalde más docto de España o es un taimado filibustero. Él, que es el máximo responsable del Estado –de derecho, es decir, el imperio de la ley rige en todo el territorio español- en Villademor de la Vega, transgredió todos los preceptos legales para encajar amablemente a su concejala, la también popular Nuria Ámez, como funcionaria municipal.
Ambos personajes tienen alguna cosa en común. La más obvia, su predilección por ubicarse allende de la ley para conseguir sus propósitos. Comparten metodología.
Los que contemplamos atónitos las actuaciones de ambos ya no sabemos si referirnos a Carlos Ibarretxe Dueñas, alcalde de Villademor de la Vega o a Juan José Ibarrola Markuartu, presidente de la comunidad autónoma vasca.
Jorge Mateos Álvarez es politólogo.
Villademor y sus historias... nunca dejan de sorprender. En fin, no olvidemos que son sus vecinos los primeros y verdaderos interesados en llevar la iniciativa en este tema y que no se trata tanto de castigar, sino de reconocer. Pero ya se sabe cómo es la vida en los pueblos... callarán y mirarán para otro lado, los unos a los otros, y ahí se quedó todo. Como el hermano mayor que se avergüenza pero cubre la fechoría de su hermano pequeño. Al tiempo. En un lugar donde todos se conocen a todos, la cuestión legal poco importa, por lo que no pretendan conseguir resultados o consecuencias que sólo en los Ayuntamientos de grandes poblaciones se pueden alcanzar, con otra manera de ver y de proceder.
ResponderEliminarEs una vergüenza que el pueblo calle, mire para otro lado y señale con el dedo a quien levante la voz para denunciar una injusticia. Es una vergüenza que un alcalde no haya explicado al pueblo, tras denuncias públicas, qué situación tiene el ayuntamiento.
ResponderEliminarQuerer al pueblo no es mirar hacia otro lado como si nada ha sucedido y criticar a las espaldas... ¡Dichosa idiosincrasia esta la de los pueblos!
Aunque todo quede en unas denuncias del PSOE, ya que es poco probable que alguien del pueblo tire para adelante con la denuncia, y menos probable aún teniendo en cuenta la incompetencia del portavoz del grupo municipal del PSOE (Quitando a un par de concejales...¡vaya piara de incompetentes!), esperemos que al menos en las próximas elecciones los "villamorejos" puedan depositar su confianza en alguien digno de ella...