Ojos color de bosque
Soñé con unos ojos que tenían el color de los bosques,
el calor de los fuegos, la bondad de mil cielos.
antes incluso de tu propio nacimiento.
Ha pasado largo tiempo desde que te intuí en mi cuerpo,
Por eso, cuando te vi aquel día caluroso
como el viento de la tormenta que me acercó tu aroma,
supe que no podría haber otro,
que jamás desde tu encuentro
amaría a nadie corno te iba a amar a ti.
Me miraste, pero no me viste.
Sin embargo yo me quedé enganchada
en la espesura de tus pestañas,
en el desdén de tus movimientos al andar.
Desde entonces sé que moriré a tu lado,
que no habrá días en mi vida
sin la presencia de tus constantes latidos.
Porque sólo tú has comprendido
que hay secretos que debe guardarse uno.
Has parado el cambio del color de mis ojos,
has acunado la espera de los cuerpos,
has inventado nuevas formas de acercar tus labios a los míos.
Y aunque no lo creas, yo ya lo había soñado.
Había rozado el respeto tácito,
el candor en las pupilas, la caricia en las manos,
el querer y no saber cómo decir "te amo".
La libertad de intentarlo a pesar de los años que nos separan,
la nostalgia en las horas que transcurren inexorables,
el deseo de la quietud en el reloj.
Y aunque los demás no lo esperan
te voy a regalar esa parte de mi vida
que se empeña en mantenerse a tu lado,
que te acerca cada noche para huir de la añoranza.
Porque aunque el mundo no lo entienda
yo seguiré regalándote mis sueños,
cabalgando entre tu casa y mi casa,
entre mensaje y mensaje
para que tus manos, temblorosas, acaricien mi pelo.
Porque son tantos ya los años que te llevo esperando,
que si un segundo más llena el espacio
sin que yo te diga que te quiero,
no me perdonaré la torpeza
de no habértelo susurrado en el oído,
de no haber besado tus labios
con ternura incontrolada, con deseo desbocado.
Nunca me perdonaría, no despertarme un día
y que tu cuerpo no estuviese pletórico de lo que siento por ti.
Quiero hacer crecer la hierba sobre tu alma.
Quiero llenar la oquedad de mi vientre del cariño que desprendes.
Quiero que el desamor, si nos busca, no nos encuentre nunca.
Porque quiero que sepas que soñé con tus ojos,
con el color desmesuradamente verde
del bosque que los habita.
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