San Froilán
Hace años que no me pierdo ese inicio de las fiestas leonesas de San Froilán que cada vez van a más. Incluso hay quien habla de que debe alcanzar la importancia de las de San Juan y San Pedro. Comparaciones aparte, nos parece un acierto dar auge a esta celebración otoñal sobre todo por su arraigo en el alma popular, dato fundamental para que una costumbre se conserve, vaya a más y pueda merecer ser apoyada con dinero de todos. La esencia de una fiesta es que la gente la viva como suya y que sirva no solo para la mera diversión sino para fomentar a la vez la cultura y los valores con los que el pueblo se siente identificado.
Para comprobar que todas estas condiciones las cumple el programa de fiestas organizado por el Ayuntamiento leonés con motivo de la festividad de su patrono, bastaba darse una vuelta por nuestras calles el pasado domingo día 30. A pesar de que el tiempo no acompañaba sino que impedía, hubo muchísima afluencia de gente no solo de León sino también de la provincia, incluído el Bierzo, y de fuera de ella. Los pendones, cada vez en más y mejor acompañados, los carros engalanados y los productos típicos fueron una vez más el centro de todo un día en que hubo que defenderse de la lluvia por la mañana y por la tarde degustando la morcilla bajo cubierto, visitando la exposición floral del Palacio de los Guzmanes o la canina de la Feria de ganado.
La representación de Valencia de Don Juan y comarca también ha ido en aumento a pesar de haber atravesado altos y bajos. Esta vez vimos nuestro pendón conducido por Carlos, Facundo y Jose (Jesús no pudo estar y seguro que lo sintió), la pendoneta portada por Carlos hijo, la representación de Gordoncillo cada vez más numerosa con su alcalde al frente y Aser en su burro. Otra novedad: el pendón de Fuentes de Carbajal llevado por Antonio Morán.
Y un dato anecdótico pero entrañable y significativo: en la cuadrilla de Gordoncillo pude ver a un colombiano residente en esa localidad y a un joven, búlgaro de nacimiento, que había sido alumno mío en Valencia de Don Juan y que me dio la buena noticia de que acababa de aprobar la selectividad con muy buena nota. Al ver a estos amigos disfrutando de la fiesta se me ocurría pensar que dos de nuestros problemas importantes como son el de la inmigración y el del leonesismo se pueden enfocar de maneras muy diferentes a las que estamos acostumbrados.
Alberto Pérez Ruiz
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