Estimados compañeros:
Me dirijo a vosotros, aquí y ahora, para presentaros las ideas que tengo sobre las Juventudes Socialistas de León. Creo que alguien debe asumir la responsabilidad de señalar cuáles son los defectos organizativos y políticos de la organización, cómo han de corregirse, por qué hay que hacerlo y, sobre todo, para qué. Estas reflexiones son fruto de una deliberación larga en el tiempo, rigurosa en los argumentos y producto de múltiples conversaciones sobre qué es el socialismo, esto es, cuál es nuestra ideología, qué es el comunitarismo, por qué es conservador y por qué acaba cercenando las libertades individuales de los ciudadanos; y qué es el liberalismo y porqué es incompatible con la democracia.
Consciente de que el socialista es un proyecto emancipador del hombre y es un proceso abierto, nuestra organización debe ser un medio para alcanzar el cumplimiento de los propósitos de nuestro ideario. Los socialistas anhelamos una sociedad en la cual el libre desenvolvimiento de cada persona sea la condición del libre desenvolvimiento de todos. Para ello, nuestra actuación política se regirá por nuestros ideales de justicia social, igualdad y democracia. Nuestros irrenunciables valores, superiores moralmente a los de la derecha, nunca supondrán un obstáculo para tener los pies en el suelo y nunca renunciaremos a la acción política desde las instituciones políticas del Estado. Esta acción está basada en el pragmatismo político y en el respeto a las diversas manifestaciones ideológicas presentes en la sociedad.
Por lo tanto, la tarea de nuestra organización no es otra que la de, en nuestro ámbito provincial, afianzar nuestro ideario tanto ante los miembros que conformamos las juventudes socialistas, como ante la sociedad a la cual ponemos a su disposición nuestro ideario y nuestra organización.
A pesar de la importancia que para las Juventudes Socialistas de León ha de tener el desarrollo socioeconómico de la provincia, somos conscientes de que las grandes políticas públicas que determinan el bienestar de la sociedad en general y de los jóvenes en particular, se diseñan en implementan en las instituciones autonómicas, que nosotros elegimos democráticamente desde nuestra circunscripción electoral. Estamos hablando, pues, de la sanidad, de la educación, de la vivienda y de las políticas de emancipación juvenil.
Las Juventudes Socialistas de León debemos creer en el proyecto común que supone España. Actuaremos como altavoces de la política social del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero encaminada a fortalecer los derechos individuales y los pilares del Estado del Bienestar, sin mermar ni un ápice nuestra capacidad crítica con los planteamientos del Ejecutivo que consideremos lesivos para la juventud.
Como organización provincial, y teniendo presente nuestra vocación internacionalista, la Unión Europea me parece uno de los proyectos más nobles que el hombre ha creado. No en vano, Europa ha pasado en 50 años de ser un nido de conflictos internacionales, a ser un oasis de paz donde impera el Estado de derecho, la democracia y el respeto a los Derechos Humanos. Por lo tanto, considero imprescindible acercar la misión de esta organización internacional a la juventud leonesa y en los foros pertinentes proclamaré a las Juventudes Socialistas de León una organización profundamente europeísta.
Soy consciente de que el siglo presente es el siglo de las regiones continentales expresadas en diversas entidades supranacionales, que nos permitirán alcanzar la utopía kantiana de la paz perpetua. Y soy consciente de que la globalización es un fenómeno inevitable y en algunos aspectos positivos, propondré poner nuestro grano de arena para que el Estado español, como ha hecho el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y la Unión Europea, sean los referentes internacionales en la lucha contra la pobreza, las pandemias, las desigualdades sociales y las guerras.
Sabéis pues, cuál es mi ideología. Conviene ahora que conozcáis cuál es mi diagnóstico de cómo están las Juventudes Socialistas de León. En primer lugar, me veo obligado a explicar qué entiendo por organización. Para mí no es otra cosa que un medio para alcanzar un fin. Las Juventudes, pues, a mi juicio no son más que un medio para transformar la sociedad hasta que en ésta exista una igualdad real de oportunidades entre los ciudadanos.
Lamentablemente, tengo que convenir aquí con las modernas teorías de las organizaciones. En efecto, las Juventudes Socialistas de León se han convertido en un fin en sí mismas y, una parte de sus integrantes, se han dedicado a la lucha por el poder y a mantenerlo. Los precedentes demuestran que si mantienes el poder de las Juventudes Socialistas provinciales, lo incrementas en el Ayuntamiento de León.
¿Y por qué ha sido posible? Porque a la estructura territorial de nuestra organización no es que la falte un punto de apoyo, sino que carece de la columna vertebral. Estoy hablando de la ausencia de una Agrupación local en la capital de la provincia. Las funciones que debería desempeñar la Agrupación Local de León las está desempeñando la provincial. Si las Juventudes en León capital no tienen agrupación, sus militantes absorben los recursos temporales, económicos y humanos de la organización en detrimento del resto de las Agrupaciones Locales de la provincia.
Por tanto, podemos convenir que la filosofía debe cambiarse. Por ello creo que asumir responsabilidades en las Juventudes Socialistas no es asumir más poder, sino más trabajo. Por ende, creo que las Juventudes Socialistas de León pueden y deben trabajar más, pero sobre todo, mejor.
Conocéis, pues, algunos más en profundidad por complicidad o amistad, cuál es mi ideología, esto es, la vuestra, la socialista; y cuál es mi diagnóstico de la salud de la organización. La pregunta que lícitamente os haréis en este momento, es obvia, ¿y qué propuestas tiene Jorge entonces para mejorar las Juventudes Socialistas? A ello voy, que de eso se trata.
En primer lugar, resulta capital, valga la redundancia, crear más pronto que tarde la Agrupación Local de las Juventudes Socialistas en León. Esta es la actuación imprescindible para conseguir unas auténticas Juventudes provinciales. Los militantes de la Agrupación local de León podrán dedicarse a sus asuntos municipales, y las JSL podrán atender los asuntos que realmente la corresponden, que no son otros que los provinciales.
Las relaciones de la Comisión Ejecutiva Provincial con las Agrupaciones Locales han de ser amables, fluidas y cotidianas. Tal y como el informe de Gestión que aquí se nos ha presentado, el Consejo Político no ha sido un órgano que haya funcionado correctamente. Ni está dotado de contenidos políticos, ni se reúne con periodicidad. Mi propuesta es trasformar el Comité Político en un auténtico Comité Territorial, en el cual todas las Agrupaciones Locales se reúnan, como mínimo, cada 6 meses, y traten los temas que incumban a toda la organización. Además de ser un órgano político, el Comité Territorial que pondré en marcha será un complemento a la fiscalización sana y deseable que los Comités Provinciales ejercen sobre la Ejecutiva Provincial. Por decirlo gráficamente, usando la expresión del politólogo David Easton, el Comité Territorial será una suerte de caja negra donde los inputs, esto es, las demandas, las introduce cada una de las Agrupaciones Locales de la provincia, y el output será nuestro proyecto común de Juventudes.
El modelo de comunicación permanente que mi Ejecutiva mantendrá con las Agrupaciones Locales, será idéntico para el trato con el Partido, independientemente de quién sea el Secretario General de turno. Creo que las batallas de las Juventudes nada tendrán que ver con las guerras del partido. El marco de las relaciones con el partido debe basarse en los siguientes principios: autonomía, colaboración y diálogo permanente. Ni las Juventudes estarán al dictado de la Ejecutiva del partido, ni las Juventudes estarán en tendencias organizadas contra la Ejecutiva de turno.
A través de las Agrupaciones Locales, las Juventudes Socialistas de León debemos tejer complicidades y alianzas con todos los movimientos sociales de izquierda en la provincia que realmente crean en la razón y en el progreso como únicos caminos que nos llevarán a preparar al mundo para el socialismo, o, dicho de otro modo, que nuestros principios irrenunciables de justicia social e igualdad de oportunidades de los que os hablaba hace un rato sean un realidad y no una mera utopía.
También debemos mejorar nuestra presencia en los medios de comunicación, debemos acudir a ellos para trasladar a la sociedad nuestro mensaje progresista. Debemos defender la preservación del patrimonio, debemos propugnar un modelo de crecimiento basado en el desarrollo sostenible de la provincia, debemos instar a que se consoliden los pilares del Estado del Bienestar. Dejemos, en consecuencia, de mirarnos al ombligo y miremos hacia Suecia, hacia Finlandia. Veamos cómo es su sistema educativo. Tomemos nota de cómo regulan el mercado laboral. Copiemos su modelo de escuelas de infancia públicas, analicemos por qué son un modelo, por qué los jóvenes allí se emancipan antes que en España. Fijémonos también que son los países occidentales que más y mejor aportan a la cooperación al desarrollo.
Expliquemos a los jóvenes cuáles son las iniciativas, cuando sea acertadas, de los distintos Equipos de Gobierno socialistas de la provincia, y censuremos simultáneamente la actuación de los Equipos de Gobierno populares en nuestra provincia y en nuestra Comunidad Autónoma. Esto último no es baladí, como sabemos, las grandes políticas públicas, las que nos pueden acercar o alejar a ese modelo socialdemócrata del Estado de Bienestar que hemos escudriñado y admirado, se aprueban en las Cortes de Castilla y León.
Por lo tanto, conocéis mi proyecto. Con vuestro voto podéis hacerlo realidad. Con vuestra colaboración y trabajo, más fácil. Tengo ganas y capacidad de trabajar. Estoy rodeado de un equipo solvente que me apoyará para cumplir las metas que nos proponemos. Considero, aunque pueda sonar un tanto pretencioso, que tengo aptitudes para desempeñar con honestidad y humildad el puesto de Secretario General de las Juventudes Socialistas de la Provincia de León. Mi formación académica acredita lo antes dicho. Mis seis años de militancia activa en nuestra querida organización es el mejor aval que puedo mostraros.
Cuando hoy salga elegido Secretario General de Juventudes Socialistas de León, prometo ser, ante todo, amable. Esta expresión no es fortuita, sino que es una cita del poeta y dramaturgo Bertolt Brecht, que, en su día nos escribió “A los hombres futuros” lo siguiente:
“¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!”
Y verdaderamente, nosotros, los hombres del presente, podemos suscribir estos versos. En España, 8 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, las desigualdades Norte-Sur son ignominiosas, el mundo está lleno de injusticias. Recordad en este momento los que estuvimos charlando con Alfonso Guerra en la Fundación Pablo Iglesias hace cuatro años lo que nos dijo: allá donde haya una sola injusticia, debe haber un socialista para combatirla. Por decirlo con palabras de María Teresa Fernández de la Vega, ser de izquierdas consiste “en defender valores tan concretos como la solidaridad y la justicia social. Consiste en hacer que los países crezcan económicamente, pero también en hacer partícipes de los beneficios de esa riqueza al mayor número posible de ciudadanos. Consiste en hacer que los derechos humanos, cuyo reconocimiento es ya universal, sean una realidad universal. Consiste en que las oportunidades, al igual que los derechos, sean también universales. Consiste en desterrar la idea de que la injusticia es una cuestión de mala suerte. Los millones de hombres y mujeres que padecen miseria no tienen mala suerte, son víctimas de una situación injusta. Y la justicia es un asunto de hombres y mujeres que creen en la igualdad esencial de todas las personas, que creen que todos tenemos el mismo derecho a ser dueños de nuestra vida, con independencia de la raza, de la religión, del lugar de nacimiento o del sexo.”
Jorge Mateos Álvarez
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