martes, 21 de marzo de 2006

El Partido Popular destruye nuestro patrimonio


¡PRESERVEMOS NUESTRO PATRIMONIO!

Recientemente hemos comprobado cómo una empresa constructora ha colocado carteles promocionales sobre la vivienda situada en la calle Carlos Pinilla número 18. Ante una más que posible demolición del edificio las Juventudes Socialistas de Valencia de Don Juan queremos públicamente solicitar a las autoridades competentes la defensa de esta casa por su belleza artística y antigüedad. Del mismo modo, mostramos nuestra oposición a una nueva desaparición de nuestro patrimonio arquitectónico local.

Somos conocedores de que la propiedad de la vivienda pasó a los PP. Agustinos tras recibirla en herencia a la muerte de su última dueña, Ana Martínez Berjón. La comunidad agustiniana de Valencia de Don Juan, que públicamente se enorgullece de llevar más de 100 años contándose entre los vecinos de la localidad, ha actuado con este edificio de espaldas a la ciudad y con la única mirada puesta en su beneficio económico. Desconocemos las intenciones de su última dueña, pero no dudamos en que preferiría que la casa tuviera un aprovechamiento público que ver cómo la especulación inmobiliaria acaba con ella.

Ha habido intenciones por parte del pueblo para mantener el edificio con su estructura
, rehabilitando su belleza estética y dotando con él de un servicio público a la localidad. En este sentido sabemos que el ayuntamiento alguna oferta ha realizado, y sobre todo que una asociación juvenil de la localidad (“Mar de pájaros”) se entrevistó en Madrid con el prior de la congregación y le hizo varias propuestas para conservar el edificio como centro cultural juvenil, idea que desde Juventudes Socialistas nos parece magnífica puesto que la juventud coyantina está muy necesitada de infraestructuras y programas destinados a este sector de la población.

Los PP. Agustinos se comprometieron a comunicar su decisión a los interesados, pero incumplió su palabra, al igual que de manera vergonzante ha hecho primar sus intereses especulativos y económicos sobre el bien común de Valencia de Don Juan.

El Ayuntamiento de la localidad tampoco ha movido ficha como debiera, y se puede producir la paradoja de que en breve tiempo apruebe un plan de urbanismo que obligue a conservar una serie de restos y edificios que ya han desaparecido, entre ellos los últimos restos de la cerca de Santa Marina (siglo XV), la necrópolis de La Muela o la vivienda objeto de esta denuncia pública.

Se debe salvar esta casa porque es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de comienzos del siglo XX en nuestra localidad
. Una auténtica joya del clasicismo ecléctico, tipología constructiva de la que afortunadamente Valencia de Don Juan cuenta con varios ejemplos que en el futuro podían constituir un interesante conjunto: plaza Eliseo Ortiz, calle Palacio, el Casino, calle Virgen del Castillo, plaza Salvador (desaparecido), calle La Seo o plaza de Santa Marina, además de éste, objeto de nuestra atención.

Alguien podrá pensar que después de todo el patrimonio artístico que ha perdido Valencia de Don Juan no merece la pena conservar edificios contemporáneos. En nuestra opinión, sería un error destruir lo poco que nos queda, al igual que es equivocado pensar en que estas arquitecturas de hace 100 años o incluso menos no deben mantenerse, ya que son testimonio de un momento histórico, de unas gentes y de un pueblo, por lo que sus ejemplos más brillantes, como esta casa, deben perpetuarse para el futuro.
BREVE DESCRIPCIÓN ARTÍSTICA
Vivienda calle Carlos Pinilla nº 18

A comienzos del siglo XX se desarrolla una nueva corriente arquitectónica en toda España, conocida entre otras denominaciones, como clasicismo ecléctico, derivada del historicismo arquitectónico francés. En la ciudad de León destaca la figura de Manuel de Cárdenas, arquitecto municipal entre 1900 y 1920, autor de los siguientes edificios: Correos (1910), Ordoño II nº 4 (1912), Ordoño II nº 2 (1913), Casa Lubén (1918), Hospital San Antonio Abad (1919) y Padre Isla nº2 (1922). Su obra influyó sobre otros arquitectos leoneses de la década de los 20, entre ellos Francisco Javier Sanz, Juan Crisóstomo Torbado o Isidoro Sainz Ezquerra.

El gusto por esta nueva arquitectura ecléctica llega a Valencia de Don Juan y en estos momentos se construyen varias viviendas con estas características. Como ejemplos tenemos los edificios: plaza Eliseo Ortiz, calle Palacio, el Casino, calle Virgen del Castillo, plaza Salvador (desaparecido) calle La Seo o plaza de Santa Marina, además del que nos interesa, calle Carlos Pinilla nº 18. Las características comunes a todos ellos son el gusto por las formas clásicas y los elementos ornamentales, con mayor o menor barroquismo.

La vivienda de la calle Carlos Pinilla nº 18 se caracteriza por presentar una fachada muy clasicista, totalmente simétrica. Posee dos alturas, con cinco vanos en cada una de ellas.

En la planta baja, la puerta de acceso de doble hoja se sitúa en el centro, dejando dos ventanas sencillas a ambos lados. Toda la fachada posee un zócalo de placas de piedra rojiza.

La segunda altura es la más decorada. En el centro, sobre la puerta, se sitúa un bello mirador acristalado con vidrieras. El mirador se avanza a la línea de la fachada, en saledizo apoyado sobre dos ménsulas decorativas finalizadas en mascarones. El remate superior se realiza en forma de frontón triangular vacío. A ambos lados, se sitúan cuatro grandes ventanas, rematadas también con frontones en su parte superior. Por delante de ellas se sitúan balcones de hierro forjado que se apoyan en ménsulas decorativas, menores a las del mirador y rematadas con cabezas de angelotes o putti.

Por encima de esta segunda altura corre de lado a lado una bella balaustrada profusamente decorada, con los extremos rematados en bolas. El balaustre se interrumpe en el centro, justo por encima del frontón que remata el mirador, para incorporar un espacio rectangular de mayor altura, a modo de ático si estuviéramos ante un retablo. En el remate rectangular se enmarca un espacio con decoración vegetal barroca, en cuyo centro se sitúa un mascarón femenino. Todo se remata con dos volutas o aletones barroquizantes con elementos vegetales y un círculo central.

JAVIER REVILLA CASADO
Estudiante de Historia. 5º Curso. Universidad de Valladolid.

NOTA: Posteriormente a la elaboración del informe me pasaron varias fotografías del interior de la vivienda y el patio, que acentúan el interés por la misma dada su espectacular galería acristalada sobre soportales, empedrado y embaldosado (del patio y del zaguán, respectivamente), y la carpintería interior entre la que destaca la artística puerta que da acceso a la escalera.

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