lunes, 1 de mayo de 2017

Manifiesto primero de mayo de 2017

Manifiesto Agrupación Socialista de Valencia de Don Juan. Primero de mayo, Día Internacional del Trabajo.

Otro año más nos volvemos a juntar trabajadores y socialistas de Valencia de Don Juan y de la comarca para conmemorar una fiesta transcendental e icónica para todo el movimiento obrero, para el socialismo, para los trabajadores, para la larga lucha sindical que dignificó las condiciones laborales de la clase social más humilde, a la que pertenecieron, y pertenecen, los desposeídos, los desheredados, los que no pueden perder ya nada en este mundo porque lo han perdido ya todo.

Recordad que no hace tanto de aquellos tiempos en que el analfabetismo era la norma, los niños trabajaban, las familias vivían hacinadas, no existía la cobertura por desempleo, los trabajadores se agolpaban en las fábricas y los empresarios aprovechaban el exceso de demanda para bajar el precio de los salarios. Las vacaciones, el derecho al descanso, la jornada laboral de 8 horas, los derechos de huelga, de afiliación de expresión son derechos que se consiguieron fruto de la lucha obrera, de la presión sindical, de las políticas de los partidos de izquierdas que lograron hacer que el equilibrio entre el capital y el trabajo forjara lo que conocimos en Europa como el Estado de bienestar del que nos sentimos orgullosos, el Estado de bienestar que no se puede concebir sin la aportación del socialismo democrático.

Y decimos que no hace tanto de esta situación porque llevamos unos años denunciando su desmantelamiento y este año más si cabe debemos hacerlo: con los sustos de Holanda y de Francia, con una extrema derecha fuerte y en ascenso, con la tragedia de Donald Trump en la presidencia de los EEUU, que quiere desmantelar el intento de Obama de crear una sanidad pública y que ya ha anunciado una bajada de impuestos para los más ricos y para las grandes empresas, con una Unión Europea política que no acaba de poner coto y gobernar la globalización económica: se ensanchan las desigualdades entre los países del norte y los del sur, y dentro de los Estados se incrementa la diferencia entre los más ricos y los más pobres de la sociedad.

Actualmente, estamos recogiendo los frutos más crudos de toda esta deriva neoliberal: Cada vez más precariedad laboral, más recortes salariales, más desigualdad entre hombres y mujeres, menos derechos laborales, cada vez más paro y explotación juvenil, reducciones en las pensiones y un largo etcétera que nos hace conscientes de cómo nos están arrebatando la dignidad de clase que tanto les costó conquistar a nuestros abuelos.

Cierto es que estamos yendo hacia atrás, por lo que no nos cansaremos de recordar que tanto la Constitución Española como las normas europeas establecen una serie de derechos sociales básicos y uno de ellos lo consideramos sagrado: el derecho al trabajo. Pero no a un trabajo cualquiera sino a un trabajo digno, estable, en condiciones que permita que cada ciudadano y cada ciudadana de este país puedan llevar a cabo su proyecto o idea de vida buena. El trabajo no puede ser nunca un privilegio, un lujo o un derecho.

La inédita situación política que está viviendo España con una fragmentación en el parlamento que permite la configuración de distintas mayorías y acuerdos está permitiendo que se pueda empezar a desmontar la brutal y salvaje reforma laboral del Partido Popular que supuso un ataque frontal a los derechos de los trabajadores en todos los frentes, cuestionando herramientas tan fundamentales para la solidaridad y dignidad colectiva como son los convenios colectivos.

Si el socialismo surgió para combatir las desigualdades y las injusticias, el socialismo tiene más futuro que nunca, pero ese futuro solo será viable si tenemos presente la lucha durante décadas de un movimiento que dignificó en el mundo la vida de las clases trabajadoras y que en España no se podría entender si no fuera porque un dos de mayo, hace 138 años, se fundaba el Partido Socialista Obrero Español, el mismo que hoy en día sigue defendiendo, con aciertos y errores como en toda obra humana o colectiva, valores como la justicia social, la dignidad personal, la igualdad o la libertad de todos los seres humanos.

En este día festivo y reivindicativo pedimos a las instituciones públicas que vuelquen todos sus esfuerzos a crear empleo, pero no un empleo cualquiera, sino de calidad, estable, que se recuperen los derechos laborales y sociales perdidos, que se combata la precariedad, la brecha salarial entre hombres y mujeres... Y sobre todo, que nunca nos falte la fuerza para seguir luchando unidos, para alzar la voz y caminar certeros y orgullosos hacia delante.

Por eso, por todo lo anteriormente manifestado, compañeros y compañeras un año más decimos:

Por un trabajo digno
Por la igualdad
Por la solidaridad y
Por la justicia social.

Que la lucha por los derechos que son de y para todos se mantenga más viva que nunca.

¡Feliz día del trabajo!

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