Lamentable estado de la estación de autobuses
Con un alcalde cada vez más alejado de los problemas cotidianos del municipio, los vecinos ven como disminuye la atención que dedica a las pequeñas cuestiones que, de solucionarse, harían más cómoda y agradable la vida en la localidad.
Una muestra de lo anteriormente dicho, es el lamentable y tercermundista estado en el que se encuentra desde hace meses la estación de autobuses de la localidad, que es una de las puertas de acceso por parte de los turistas, así como la terminal que muchos trabajadores y estudiantes utilizan para desplazarse a la capital cada día.
No entendemos el lamentable estado de la terminal, que es la primera impresión que se llevan muchos visitantes
Los socialistas, haciéndose eco de las razonables quejas de los molestos usuarios, no entienden que no se tomen cartas en el asunto y se asuman o se hagan asumir las responsabilidades pertinentes para que la estación sea algo más que un basurero sin ningún tipo de limpieza ni salubridad.
Si para Martínez Majo la apuesta económica del municipio ha de ser el turismo, como motor de creación de riqueza y empleo, y para ello pretende gastar más de 1.200.000 € en la piscina de olas, no puede tener abandonada, como tiene, la estación de autobuses.
Suciedad, abandono, deterioro, cámaras frigoríficas oxidadas y otras cuestiones más desagradables se encuentran los usuarios de la terminal
Antes de gastar 1.200.000 € sin tener la certeza de que se puedan amortizar o vaya a suponer un revulsivo turístico, han de cubrirse otros servicios más básicos, como el de la policía local, o construir el tan necesario centro de día o habilitar, porque urge, un centro para la juventud, ya que los jóvenes se verán abocados un invierno más a deambular por las frías calles coyantinas sin nada que hacer.
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