Hace 130 años, el 2 de mayo de 1879, cuando el movimiento obrero empezaba a organizarse en nuestro país, Pablo Iglesias, junto a un grupo de tipógrafos, fundó, en Madrid, el Partido Socialista Obrero Español. Nuestro partido, el más antiguo de España, se constituyó para denunciar las injusticias sociales que se acrecentaban mientras discurría la Segunda Revolución Industrial y con el propósito principal de emancipar a la clase trabajadora y construir así una sociedad sin clases, en la cual todos los ciudadanos serían libres e iguales.
Desde la última década del siglo XX, así como en los albores del siglo XXI, nuestro sistema económico, el capitalista, se vio influido por unas tesis económicas y políticas, las neoliberales, que prescindían del Estado como elemento corrector de los fallos del mercado y como instrumento eficaz para garantizar la igualdad de oportunidades entre todos los ciudadanos (resumiendo la idea general: el mercado venía a ser un mecanismo perfecto de asignación de los recursos que se regula por sí mismo y su ley –la de la oferta y la demanda- lleva a la sociedad a un bienestar global y, en consecuencia, el Estado no debe de intervenir en la economía). En la práctica estas tesis nos han abocado a la mayor crisis que la sociedad mundial ha vivido desde la Gran Depresión. En España, el ejemplo paradigmático ha sido el mercado inmobiliario: los gobiernos de José María Aznar crearon el marco legal para facilitar que todo el suelo fuera urbanizable arguyendo que, al incrementarse la oferta, los precios caerían. Nada más lejos de la realidad y, ahora, la economía española está sufriendo las consecuencias de un modelo de crecimiento especulativo que generó mucho empleo, pero precario, en rededor del sector del ladrillo.
Ha caído el modelo neoliberal de crecimiento y de sociedad y ahora más que nunca son necesarias las políticas socialistas en las instituciones democráticas que hoy disfrutamos gracias a la lucha de décadas del movimiento obrero. El 7 de junio los europeos estamos convocados a las urnas para elegir a nuestro parlamento de la Unión y los trabajadores españoles tenemos que apostar inequívocamente por el PSOE, ya que el socialismo europeo ha sido, es y seguirá siendo la única garantía para que el mercado laboral no se desregule, el despido no se abarate y se rechace cualquier propuesta similar a la de las 65 horas laborales que los conservadores han puesto encima de la mesa.
El apoyo que los trabajadores tenemos que dar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha de ser recíproco al compromiso de nuestro Presidente con nosotros. Solo las políticas de igualdad que se están poniendo en marcha desde el Estado nos sacarán de la crisis, reducirán las desigualdades sociales y evitarán que sean los trabajadores quienes paguen la avidez especuladora de una parte importante de los actores del sistema político, económico y financiero mundial.
Cabe recordar que las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales son también Estado y no son ajenas a la dramática situación económica que vivimos. Si por algo han destacado los gobiernos del Partido Popular en la última década, tanto en Castilla y León como en Valencia de Don Juan, es por su carencia absoluta de políticas sociales en materias de sanidad, educación, dependencia o vivienda pública. Si por algo destacan en la actualidad es por no poner en marcha iniciativas -ni movilizar recursos públicos- para reactivar la economía y garantizar la igualdad real de todos los trabajadores independientemente de cuál sea el sector al que pertenecen, el hábitat donde vivan o el género.
La situación que viven los trabajadores en este momento en Valencia de Don Juan y en nuestra comarca, al igual que en el resto del país, es verdaderamente complicada. Nuestra debilidad sindical, endémica desde que comenzáramos nuestro tardío proceso de modernización industrial en la década de los noventa, ha posibilitado que, en estos años de capitalismo desenfrenado, los trabajadores hayan asumido unas condiciones salariales inaceptables y unos empleos precarios que hoy penden de un hilo a pesar de los pingües beneficios que durante estos años han obtenido esas mismas empresas que hoy amenazan con desprenderse de sus empleados.
Hoy, 130 años después de que Pablo Iglesias soñara con una sociedad igualitaria, basada en la hipótesis de la abundancia de recursos, en la cual todos tendrían de todo y donde se erradicarían las desigualdades sociales, somos conscientes de que los recursos naturales del planeta son finitos, por lo que más necesaria que nunca se antoja la igualdad si queremos garantizar nuestro desarrollo social, transformar este mundo 80-20 –el 80% de la población dispone solo del 20% de la riqueza- por otro moralmente sostenible y preservar los derechos de las generaciones futuras.
El compromiso del Partido Socialista Obrero Español de Valencia de Don Juan con la clase trabajadora es irrenunciable y es por ello por lo que seguiremos defendiendo nuestros genuinos principios: la libertad, la igualdad, la solidaridad y la justicia social.
Y ninguna fecha mejor para plantear estas reivindicaciones que la de hoy.
Feliz día de los trabajadores.
Salud.
En Valencia de Don Juan, a 1 de mayo de 2009
Agrupación Socialista de Valencia de Don Juan
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