miércoles, 22 de abril de 2009

A propósito del juicio sobre el Yak-42

"La conciencia personal"

Advierte el proverbio: Nunca respondas al necio conforme a su necedad, para no hacerte como él. Responde al necio según su necedad, para que no se tenga por sabio. Vamos a intentarlo.

Comentaba Nazario en estas páginas de nuestra revista municipal, haciendo gala de su habitual altanería, que, "igual que el "Prestige" lo hundió Cascos y el Yak lo derribó Trillo, pues el 11-M debió montarlo Acebes."

No sé que pensará acerca de las nuevas informaciones que aparecen acerca del Yak-42. Recordemos que era el avión que desplazaba a los 62 militares fallecidos en el siniestro accidente perpetrado en Turquía.

Nuestros compatriotas viajaban como viajaban, igual que si fueran mercancías, porque el Ministerio de Defensa no atendió las quejas que se habían producido anteriormente sobre las lamentables condiciones en las que se encontraban esos aviones. Dijo Trillo, en sede parlamentaria, que nunca habían existido tales reclamaciones, mintió. Si ya es doloroso perder a un compatriota que estaba cumpliendo con las responsabilidades internacionales de España, más lo es a un familiar. A esa tristeza hay que sumarle la rabia y la impotencia que ocasiona la mentira más ruin y cobarde del que, por entonces, era nuestro gobierno. Si el DRAE define abyección como "estado en el cual las cualidades personales y morales de un hombre han llegado a su nivel más bajo", abyecto definiría al Sr. Trillo en los meses posteriores a la tragedia.
Si Trillo entiende que patriotismo es colocar una enorme bandera en la plaza de Colón está muy equivocado.

Y es que, al final, y desgraciadamente, se confirmó el presagio de la Asociación de Familias de víctimas del Yak-42: ni una de las pruebas de ADN realizadas por los españoles coincide con las verdaderas identidades de los fallecidos. Es decir, durante este tiempo los familiares no estaban velando a su ser querido, sino a un compañero de él. Su consuelo, saber que otra familia haría lo propio con los restos de su familiar.
Ahora se entienden las declaraciones que realizaba el Sr. Trillo por aquellas fechas, en ellas pedía que "no se removiese este tema para respetar el dolor de los familiares" y "que no se utilizasen los muertos políticamente".

Comentaba Azaña en uno de sus multitudinarios discursos: "Tenemos varios jueces a los que hay que respetar sus fallos, la conciencia personal, la opinión pública, la opinión mundial y la historia". ¿Habrá dictado sentencia la conciencia del Sr. Trillo? La historia lo está haciendo.

Paralelamente nos hemos enterado que Aznar contrató, con el dinero de todos los españoles, un lobby por 200 millones con la finalidad de obtener una medalla a título personal en los EE.UU. ¿No denota este comportamiento, Sr. Nazario, mediocridad y vanidad? Aznar, que se jacta de leer a Azaña, ¿habrá iniciado su proceso judicial? La opinión pública lo hizo el 14-M, la mundial amanece día a día con las trágicas noticias de Iraq.

La historia le reserva un rincón: el de la insignificancia.

Jorge Mateos Álvarez, publicado en la revista Esla en el otoño de 2004

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