viernes, 22 de mayo de 2020

Todos por la misma causa: Covid-19, reflexiones de Yolanda Merino: Cordura

La estupidez que diría Albert Camus insiste siempre.

Muy cerca estamos de rozar los siete pecados capitales y alguno más que se están inventando, haciendo eco de la deshumanización absoluta a la que estamos expuestos. 

La desinformación no se pone de acuerdo, lo que antes era importante ya no lo es y viceversa. ¿Cómo vamos a estar todos a una? o mejor dicho, ¿cuándo vamos a entender lo incomprensible?

Una vez más y como no es de extrañar los diferentes bandos y países van al sol que más calienta.

Lo que hoy es importante mañana deja de serlo. ¿Esto no trae acaso más confusión? Entre confusión y confusión cada uno hace lo que le da la gana.
En este mundo globalizado que se desinfla con afiladas agujas que van directamente a la falta de ética nos encontramos los ciudadanos, un colectivo al que se nos está olvidando pensar por nosotros mismos/as y diferenciar entre lo que está bien y mal, (ojo que esto es peligroso).

No somos más que fichas de ajedrez, peones a los que mueven a su antojo hasta estudiar la estrategia perfecta para hacernos 'jaque mate'. Un tablón de juego al que poder manipular en el momento en el que la partida termine. ¿Cuándo terminará? Es un verdadero misterio y más cuando nada se esclarece y el miedo es su mejor oponente. Para muchos estrategas el virus es la fórmula perfecta para manipular y controlar a la población, lo que me recuerda aquello de; "no hay mal que por bien no venga".

Las mascarillas ahora sí son obligatorias, ¿antes no lo eran o es qué no había? Entiendo, por lo poco que sé, que ante cualquier epidemia siempre se ha protegido su propagación con el uso de mascarillas. 
Al parecer algo tan simple sigue generando ausencia de comunicación y según como sople el viento. Nos dicen, que lo único que necesitamos la inmensa mayoría de la población es el uso de mascarillas quirúrgicas, unas mascarillas que sirven exclusivamente para evitar no ser contagiados, pero no previene de contagiarnos por otros/as que son portadores del virus sin saberlo. ¿Cómo sabe uno/a que es positivo o negativo? Otra incógnita más sin resolver. 

¿Esto tiene algún sentido? ¿Alguien en su sano juicio lo comprende? Las mascarillas han de servir para ambos casos y deben ser utilizadas al no ser que vivas completamente solo en una montaña o en una isla desierta. Vivir en la ignorancia nunca ha sido favorable para nadie.

Han pasado semanas y estamos deseando visitar a nuestros familiares y amigos, reunirnos como siempre, salir sin restricciones y libremente. Ojalá sea pronto, de momento sigamos siendo prudentes.

Recordemos como se extendió el virus del Sida y el desconocimiento que había hasta que se descubrió que se transmitía a través de las relaciones sexuales. A día de hoy sigue sin existir una vacuna para el VIH.

El llevar una buena mascarilla es el preservativo que hasta ahora los expertos nos están diciendo que debemos utilizar para que la transmisión no se propague.

Me da absolutamente igual las disputas políticas y las organizaciones 'supuestamente' útiles.

Hemos visto en vídeos e imágenes manifestaciones en las calles. ¿Es el mejor momento para las aglomeraciones? 

Quienes no valoren la vida que hagan lo que quiera y se den de golpes solos/as. El respeto empieza por uno mismo/a y después por los demás. A la vista está quienes se quieren mucho y quienes nada. La inmensa mayoría no se ama ni sabe amar.

Seamos coherentes y conscientes. Nuestra salud no solamente física sino psíquica está en juego, ¿nos vamos a matar entre nosotros/as por ideologías? Reflexionemos un poco y sobre todo respeto para que no paguen justos por pecadores. Si sales a la calle usa mascarilla por ti y por los demás, manteniendo el distanciamiento social ya estés haciendo deporte, en un lugar cerrado, dando un paseo, jugando con tus hijos en el parque...Porque siempre te vas a encontrar con alguien y a ese alguien le puedes dejar contando sus días.
No insistamos en la estupidez que nos aleja de la inteligencia. 

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