Me pregunto; ¿vivimos repletos de cientos de prejuicios? ¿realmente nos importan las personas mayores? ¿las personas enfermas? esa gran parte de la población que son una generación al borde de la extinción.
No sé si somos conscientes entre canción y canción de lo que realmente está pasando. Esta pandemia con 'P' de pandereta está dejándome sin audición, deberé afinar el oído como el músico hace con su instrumento, un instrumento que me lleva a replantearme lo siguente; ¿escuchamos la realidad o es mejor mirar hacia otro lado? Entre tanto ruido y el poco sentido común solo veo desde mi ventana lo que contemplo en el parque, muchos perros con correa y ningún viejecito que los acompañe. Algo que llevo observando desde mucho antes del confinamiento.
En estos momentos se presenta la mayor complejidad del comportamiento de los seres humanos. Esta extraña especie por conquistar todo lo que se le antoja a su manera, como bien hemos estudiado a través de la historia.
No es nada nuevo que muchos abandonen a sus padres porque molestan y no están en sus planes de vida aparentemente perfecta, teniendo un 'chucho' al que sacan a pasear tres veces al día, le recogen la mierda, soportan los olores de sus gases, les llevan cada poco al veterinario y están pendiente de sus pastillas para la artrosis. Es curioso como se miman a los perros y que desatendidos están nuestros mayores. ¿Son las mascotas y la tecnología un sustituto de los lazos familiares? o ¿lo viejo no interesa? Son cuestiones para pensar sobre este virus que está en nuestras vidas y que además, está sacando a florecer desde el arrepentimiento hasta la burla.
Estamos viviendo un llamamiento al cambio, pero ese cambio debe llevarse entre todos y con muchas reflexiones acerca de como se está recuperando la naturaleza que estábamos destruyendo y asfixiando con nuestra toxicidad, que todas nuestras decisiones tienen consecuencias y tomar las adecuadas nos embellece, que proteger a los que nos han cuidado es devolver el amor que hemos recibido, que la avaricia nos empobrece.
Más que nunca debemos estar unidos por este "regalito" llamado Covid-19.
Desuhumanizarnos
no nos conviene. Este virus no entiende de fronteras, no abramos la
brecha por ideologías políticas, religiosas, etc. La ideología que
debemos combatir en estos momentos, es la de hacer frente a un enemigo
que todos tenemos en común; el coronavirus.
Seamos
conscientes de la realidad y cavilemos en que todo este infierno puede
convertirse en un aprendizaje del que poder salir reforzados.
Apoyo tu visión, tenemos la Vacuna pero no es una simple puntura, es algo más que eso. Es unidad de acción, aparcando intereses, diferencias, fanatismos, egoísmos, convencionalismos, individuos, yoísmos perversos. Los muertos no son números carajo, son seres humanos!!!. La gran mayoría don nuestros Abuelitos. La verdadera vacuna es estar unidos en un objetivo común, es pesquisar a todos los habitantes del país, tomar conducta médica y epidemiológico según los resultados. Si no este barco se hundirá. Admiro tu destreza y frescura en escribir tus puntos de vista con valentía y coherencia. Sigue así, me recuerdas mi juventud de rebelde, pero con causas. Un abrazo grande Mamín.
ResponderEliminarCuánta razón!
ResponderEliminarMuy buena reflexión la de Yolanda.👏👏👏
ResponderEliminarGracias por aportar vuestro granito de arena. La unión hace la fuerza. Ahora más que nunca debemos demostrar que somos capaces de ser responsables.
ResponderEliminarMuy bien
ResponderEliminar