miércoles, 21 de enero de 2009

La Junta dice ahora hallar "un foso poblado de la Edad de hierro"

Mariano Fernández, concejal de Urbanismo, debe, inexcusablemente, dar explicaciones
El historiador coyantino, Javier Revilla Casado, denunció reiteradamente, ante los responsables de patrimonio de la Junta de Castilla y León, la pasividad del equipo de gobierno del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan, que otorgó la correspondiente licencia de obras sin atender al valor arqueológico que atesoraba, y que ha ido saliendo a la luz, en el ya célebre solar de la plaza de Santo Domingo. Ayer, la Junta de Castilla y León ponía en valor el hallazgo de "un foso poblado de la Edad de hierro". Conviene echar hoy un vistazo a la prensa, concretamente a la sección de "Cultura" del Diario de León del pasado sábado 3 de enero de 2009:

"Además de estos cimientos monumentales se han hallado grandes depósitos de tejas romanas

"La excavación del castro coviacense descubre un gran edificio romano"

Patrimonio había autorizado en julio que se construyera un edificio encima, luego cambió de idea

El pasado romano de Valencia de Don Juan está saliendo a la luz por vez primera. Se trata de un acontecimiento histórico, pues hasta la fecha se desconocía el emplazamiento exacto del llamado Castro Coviacense que había dado origen y nombre (en la Edad Media, y aún hoy) a la ciudad de la ribera del Esla. Pero a punto ha estado de desaparecer por completo. La Comisión Territorial de Patrimonio, dependiente de la Junta, había autorizado en julio la construcción de un edificio justo encima, pese a los serios indicios que indicaban que en este solar ubicado a sólo 200 metros del castillo coyantino dormían los restos de la originaria Valencia de Don Juan.

Tres meses después, y a raíz de las denuncias efectuadas por el historiador Javier Revilla, publicadas por este periódico, la comisión cambió de parecer y dio luz verde a la excavación que en estos momentos encara su segunda fase. El propio Javier Revilla ha informado de que, por lo que parece observarse a simple vista (pues la Junta se ha negado a facilitar cualquier tipo de información), «se han practicado nuevamente tres catas, aproximadamente en el mismo lugar en el que llevó a cabo la primera fase». «Si en aquella ya se habían alcanzado horizontes de época romana -”continúa este experto-”, en ésta se constatan perfectamente los estratos de ese periodo histórico, ya que atisbamos un depósito de grandes (tejas romanas) a pocos centímetros de profundidad. Por tanto, todo lo inferior, y si la estratigrafía no ha sido alterada, entendemos que corresponde a períodos romanos más antiguos y a épocas prerromanas o protohistóricas, seguramente correspondientes a la ocupación astur-vaccea de la ciudad».

Y es que recuerda Revilla que los estratos alcanzan una gran profundidad, «con varios metros hacia abajo, cuyo final no podemos llegar a ver desde fuera del solar». «Dada dicha potencia estatigráfica, aunque carezcamos de datos sobre el tipo de materiales arqueológicos que aparecen en las sucesiones de estratos, entendemos que se estarán alcanzando horizontes culturales de gran antigüedad», dice.

En concreto, Revilla hizo hincapié en el gran edificio monumental «cuya planta cuadrangular se ha puesto en evidencia en esta segunda fase. No podemos precisar sus dimensiones al no poder acceder al yacimiento, pero son tales que afectan a dos de las tres cuadrículas de las que consta la excavación. Está construido con mampostería de piedra y probablemente corresponde a la época romana plena, ya que se sitúa bajo los muros que en la primera fase se habían documentado como tardorromanos. Bajo dicha edificación aparecen también muros de tapial y adobe».

Asimismo, ha resaltado la existencia de cenizales y basureros (algunos con varios metros de profundidad), «que seguramente están proporcionando una abundante muestra de cerámicas y restos óseos, cerámicos y metálicos»." Diario de León, "Cultura", sábado 3 de enero de 2009.


"Los vestigios confirman los datos aportados por la necrópolis de La Muela"

El historiador coyantino Javier Revilla ha declarado su «profunda satisfacción» por el hecho de haber conseguido que se excave este solar, aunque recuerda que no toda la superficie del mismo se ha excavado arqueológicamente, lo cual, dice, «es una verdadera lástima»; no obstante, gracias a ello «han salido a la luz los primeros vestigios habitacionales correspondientes a la Coyanza romana».

Se conocía que Valencia de Don Juan había estado poblada en el período romano gracias a varias tumbas aparecidas en la necrópolis de La Muela (año 2001) y algunas lápidas con inscripciones latinas que desde la ciudad se llevaron a varios museos arqueológicos, «pero ahora, por primera vez, han aflorado restos de construcciones de aquel trascendental periodo histórico. A buen seguro que lo que no vemos o podemos interpretar a simple vista son las evidencias prerromanas y prehistóricas que con toda seguridad han aparecido a lo largo de la excavación, para lo cual tendremos que esperar al informe final de la intervención arqueológica».

Porque Revilla también ha querido denunciar que desde la Sección de Patrimonio de la Delegación de la Junta en León se le impidió consultar el informe sobre la primera fase de excavaciones, alegando que según la legislación vigente no era posible hacerlo hasta que la excavación estuviese finalizada. «No comprendo cómo, siendo los denunciantes al inicio de la destrucción de dicho yacimiento, y logrando con ello su preservación, la Junta no sólo no nos agradece tal acción sino que nos oculta la información que los estudios están proporcionando»." Diario de León, "Cultura", sábado 3 de enero de 2009.

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