Nuclearización desesperada
Dos municipios vallisoletanos, Melgar de Arriba y Santervás de Campos, que lindan con el sureste de León y cuya suma poblacional no alcanza los 400 habitantes, han formalizado sendas candidaturas para albergar en sus respectivos términos municipales el ATC, que viene a ser el Almacén Temporal Centralizado, instalación encargada de gestionar los desechos nucleares de diez centrales españolas, estén en funcionamiento o en proceso de desmantelamiento.
Lo de temporal no deja de resultar sarcástico, porque, hoy por hoy -y tampoco creo que en el futuro próximo- no podemos reutilizar los residuos fabricando impactantes espadas luminosas para que nuestros hijos se diviertan mientras recrean escenas de la Guerra de las Galaxias. Tampoco creo que se pueda, aunque tomemos como referencia el futuro más remoto, practicar soluciones como las que ya han adoptado ciudades como Springfield, donde reside la ingeniosa familia Simpson: transportar los pueblos para alejarlos de la escatología nuclear.
Dejando las ironías en el párrafo anterior, conviene que hagamos una reflexión colectiva para explicarnos el porqué de esta competición de municipios pequeños, como los dos terracampinos, para albergar una instalación que siendo tan buena, segura y suponiendo un eficaz revulsivo para la economía de la zona “beneficiada”, se ofrecen millones de euros al año a quien desee ubicarla. Y esta concurrencia es fruto de la pérdida de población, cada vez más envejecida, que provoca la desesperación de unos conciudadanos que, sin ninguna expectativa de futuro en su tierra, han visto como durante años las administraciones públicas les han excluido de cualquier inversión que conllevara la creación de condiciones favorables para el desarrollo socioeconómico o permitiera la diversificación de la actividad agrícola o la hiciera más rentable.
Volviendo a la ficción, solo queda aplaudir al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, por hacer como hizo en su comunidad su correligionaria Mª Dolores de Cospedal o su homólogo José Montilla: oponerse frontalmente a la ubicación en Castilla y León de este nocivo proyecto que supondría la puntilla para Tierra de Campos.
Publicado en La Crónica de León por Jorge Mateos Álvarez, el 10 de febrero de 2010, página 2
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