lunes, 29 de septiembre de 2008

Truculento accidente de tráfico en nuestra localidad

Tragedia en Agosto

Quiero rendir hoy homenaje a una persona querida que representa a un gremio de trabajadores por el que desde hace muchos años he sentido una especial simpatía.
El domingo día 10 de agosto pasado, a primera hora de la mañana, ocurrió cerca de Valencia de Don Juan un accidente del que fue víctima mortal un hombre de 79 años que se dirigía juntamente con un trabajador de su explotación a cumplir con la obligación diaria de atender a sus ovejas. Sus dos nietos le seguían a corta distancia en otro coche y su esposa había iniciado ya la marcha a pie hasta el lugar de trabajo situado a unos kilómetros del casco urbano cuando un conductor temerario arrolló por detrás al vehículo que conducía Sebastián Barrientos produciéndole a él la muerte instantánea y heridas de consideración al acompañante.
Este accidente es consecuencia directa del riesgo que corren los que han elegido ese trabajo, sujeto y abnegado donde los haya, y habían seguido las normas, lógicas y justas por supuesto, que aconsejaban u obligaban a sacar las explotaciones ganaderas fuera del casco urbano para evitar las consiguientes molestias al vecindario.
Durante los años en que tuve responsabilidades políticas pude admirar la entrega y dedicación a su trabajo por parte de este gremio bastante numeroso de los ganaderos de ovino de la ciudad y la comarca coyantina. Y también puedo decir que la sociedad en general y las instituciones en particular no han sabido ni querido reconocer su mérito, seguramente porque no son suficientes en número ni disponen de los medios imprescindibles para hacer oír su voz en nuestra sociedad mediática.
Que al menos el dolor de una tragedia tan lamentable como ésta sirva para paliar en una mínima parte esa injusticia y reconocer como se merece el trabajo de este colectivo cuya sencillez, discreción y austeridad hemos querido resaltar aquí y que por supuesto estas virtudes no deben ser causa de que continúe la discriminación a la hora de que sus familiares reciban las compensaciones que les correspondan. 
     Alberto Pérez Ruiz

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