viernes, 21 de diciembre de 2007

Ecologistas en Acción presenta alegaciones al proyecto de la macrogranja avícola

Medio Ambiente

Inexplicáblemente el movimiento ecologista hasta el día de hoy había permanecido impasible ante las diversas actuaciones que en el mandato de Juan Martínez Majo se han ejecutado o se planean desarrollar en Valencia de Don Juan.

Nosotros, como partido político, nos hemos limitado a denunciar públicamente algunas de ellas (canalización del río Esla, asfaltado de la vía verde, supresión de árboles centenarios en parques y jardines, vertidos incontrolados, etc). Pero nuestras críticas siempre han recibido la misma respuesta: intereses políticos, oportunismo político, oposición política, ...

No es verdad. El que esto escribe se ha "mojado" muchas veces con estos temas, llegando incluso a la prensa escrita, pero siempre desde su posición como dirigente de las Juventudes Socialistas -primero- y de la Agrupación Socialista -ahora-. Por tanto, nunca he podido aprovechar esos supuestos "beneficios políticos personales" al igual que tampoco lo han hecho otros compañeros que también se han atrevido a criticar estos aspectos, en la medida que nunca hemos ostentado cargos públicos (no somos concejales).

Para que hubiesen tenido un mínimo éxito, tales críticas debían haber sido lanzadas desde los grupos ecologistas, para que la ciudadanía hubiese reflexionado sobre ellos al venir desde organizaciones políticamente imparciales y movidas exclusivamente por intereses medioambientales. Pero hasta hoy no se ha dado el caso, aunque más vale tarde que nunca.

Granja avícola

Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones a la Autorización Ambiental y el Estudio de Impacto Ambiental de las futuras instalaciones de la macroexplotación avícola que la empresa Cantos Blancos Norte, promueve en Valencia de Don Juan y Villabraz.

El colectivo exige la nulidad de pleno derecho de los expedientes sometidos a información pública, porque se están tramitando de forma independiente, mientras las instalaciones pertenecen a la misma explotación y que requieren, por tanto, un tratamiento medioambiental y administrativo único.

Ecologistas en Acción emitió un comunicado que reseñó ayer el Diario de León. En él califican como «imperdonable» que las deyecciones sean vertidas como abono en fincas de la Red Natura 2000 (ZEPA Oteros-Campos) y que no se haya evaluado correctamente el impacto del aporte de gallinaza. «La explotación de gallinas ponedoras constituye hoy en día una de las prácticas más inaceptables y crueles, hacinamiento extremo, muda forzada, eliminación sistemática mediante triturado o simple desecho de pollitos machos».

Compra de terrenos

Según se informó ayer desde el Ayuntamiento coyantino, ayer estaba prevista la firma para la adquisición de terrenos para la ubicación de estas granjas, cuyo proyecto prevé la inversión de 30 millones de euros y contempla la instalación de tres plantas (una de recrío, otra de ponedoras y otra de gallinas camperas).

Quizá no sea -a nuestro juicio- el más flagrante atentado contra el patrimonio natural que ha realizado o se plantea desarrollar en nuestro municipio, pues ¿qué pasó con el río, la vía verde, o los jardines?, ¿por qué no se hacen públicas las emisiones de Ceranor?, ¿por qué no se explica todo lo relacionado con el campo de golf?

Las granjas de Cantos Blancos Norte en Valencia de Don Juan y Villabraz supondrán riqueza económica, tanto por los puestos de trabajo directos e indirectos que crearán como por la demanda de piensos para la alimentación de las aves, que beneficiará a los productores agrarios. Sin embargo ya hemos manifestado en el pasado que la economía no justifica ninguno de los posibles problemas ecológicos o patrimoniales que implique cualquier proyecto.

Hay que estudiar, por tanto, la ubicación de las granjas para evitar que los malos olores lleguen a la población y hay que tener muy claro el tratamiento de los excrementos y desechos de las aves. Hay que cumplir, ante todo, la legislación vigente, en materia de urbanismo pero sobre todo, cuando los proyectos puedan afectarlas, en cuanto a la preservación del patrimonio natural y a la salud de los ciudadanos, que deben ser aspectos primordiales en nuestra sociedad.

Para que todo este proceso concluya de modo satisfactorio, es de agradecer la intervención de los ecologistas, pues cualquiera de nuestros toques de atención hubiesen sido nuevamente tildados de políticos o electoralistas (eso si no se nos hubiese acusado injustamente de ir en contra del desarrollo de la localidad, como ya se ha hecho en numerosas ocasiones). Por ello animamos a estos colectivos a que estudien otros proyectos existentes en nuestra localidad, porque aquí pueden tener un filón para su acción reivindicativa.

Javier Revilla Casado

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