miércoles, 11 de febrero de 2009

Tristeza en el PSOE de Valencia de Don Juan por el fallecimiento del alcalde de Cubillas de los Oteros desde 1979, Silvestre Cascallana

Se caracterizaba por su humildad, su dedicación desinteresada por sus vecinos, su defensa de los agricultores y de las raíces democráticas del Sur de León.

Hoy es un día triste para toda la comarca de Valencia de Don Juan en general y para la gran familia socialista en particular. Queremos manifestar desde estas líneas el afecto y cariño que tenemos por Silvestre Cascallana, y transmitir nuestro más hondo pesar a su familia y amigos.

Cuando los tiempos eran más difíciles, cuando la Democracia daba sus primeros pasos con un notable riesgo de golpe de Estado, manifestar un compromiso político defendiendo los ideales de libertad, igualdad y justicia social era arriesgado y ponía de manifiesto la valentía personal y cívica de quienes lo hacían.

Desde 1979, Silvestre Cascallana lo hizo:
como Alcalde, legislatura tras legislatura desde 1979 hasta 2009; como sindicalista de Ugal-Upa; como buena persona apreciada por todos sus vecinos que, legislatura tras legislatura, depositaban su confianza mayoritariamente en él.

Sentía pasión por su Ayuntamiento, Cubillas de los Oteros; por las gentes rurales y sencillas. Apegado a la tierra, luchaba incansablemente por el desarrollo rural. Comenzaba ya a ver hechos realidad proyectos por los que siempre había luchado, como el actual proceso de modernización de regadíos impulsado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con el cual mantenía una discreta amistad. Precisamente, en el momento de su fatídico desenlace, se encontraba trabajando porque sus vecinos no perdieran el tren del progreso: se hallaba de camino a una reunión con el diputado provincial de zona, Matías Llorente, para culminar las gestiones que implementarían un acceso a internet gratuito y de calidad para sus vecinos.

Silvestre, tu ejemplo no ha sido en vano, seguiremos el ejemplo de vida que nos enseñaste. Parafraseando a Miguel Hernández, mañana lo despediremos de sus “hermanos, camaradas y amigos: lo despediremos del sol y de los trigos”.

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