lunes, 23 de febrero de 2009

Crónica de la presentación del libro de Demetrio Madrid

"El arranque de Castilla y León"

Habrá lectores a los que ni siquiera les suene este nombre mientras que otros recordarán que fue el primer presidente de la Junta de Castilla y León y el único que gobernó con las siglas del Partido Socialista. Ello ocurrió entre los años 1983 y 1986 después de haber ganado de una manera clara las primeras elecciones celebradas en nuestra Comunidad Autónoma.

Demetrio Madrid era zamorano y ese hecho creo que contribuyó no poco a que durante los años de su mandato se fuese vertebrando nuestra región sin ese fantasma del centralismo vallisoletano que nos amenazó desde el principio y que hoy no ha terminado de desaparecer. Siempre he estado convencido de que si Demetrio Madrid hubiera terminado su mandato de cuatro años no le hubiera sido difícil volver a conseguir la confianza del electorado castellano leonés. Pero no lo terminó debido a un inoportuno proceso de que fue objeto por un asunto relacionado con una pequeña empresa de la que era titular y del que resultó absuelto sin más problemas cuando ya era tarde para continuar su brillante andadura política.

Estos días Demetrio ha sido noticia en León porque el pasado jueves día 19, como ya conocen los lectores del blog, presentó en nuestra ciudad su libro titulado El arranque de Castilla y León. Sobre el desarrollo de este acto, que no fue tan brillante como podíamos haber esperado pero que tuvo algunos aspectos que merecen ampliamente nuestra atención, y sobre la figura política de Demetrio Madrid, se puede hablar bastante. Hoy solo quería comentar que la presentación, que había sido organizada por el Diario de León y que contó con la presencia, además del autor del libro y del director del diario anfitrión, de Mario Amilivia y de Jaime González (que fue vicepresidente de la Junta en tiempo de la presidencia de Demetrio), fue capitalizado por algunos conocidos representantes del leonesismo que desviaron la atención a otros temas diferentes del argumento del libro aunque también relacionados con el origen de nuestra Comunidad Autónoma. Creo que ese debate, que dejó desconcertados a los que ocupaban la mesa presidencial que no supieron cómo salir del paso, se puede continuar y ampliar en nuestro blog para lo que podemos contar sin duda con la opinión de algunos compañeros que se encontraban presentes. Y también haremos algún comentario sobre las clamorosas ausencias que se observaron en el acto.

Alberto Pérez Ruiz

2 comentarios:

  1. Un saludo a todos los lectores:

    Muchas gracias, Alberto, por dejar constancia de este acontecimiento político-editorial: tú, siempre al pie del cañón.
    Efectivamente, algunos estuvimos presentes, por desgracia, en esa presentación del libro "El arranque de Castilla y León", de Demetrio Madrid. Digo por desgracia porque, en mi opinión, jamás debía haberse celebrado una presentación de un libro titulado de ese modo, puesto que eso significaría que jamás hubiera arrancado ese producto artificial, antidemocrático y plagado de mentiras, imposiciones e inmoralidades, que se ha dado en llamar "Castilla-León", primero, y "Castilla y León", después. Como se infiere nítidamente de estas palabras, así como de algunos escritos propios aparecidos en este blog, mi posición respecto al debate que se mantuvo en ese acto es absolutamente contraria a lo que defendían los tres intervinientes (Demetrio Madrid, Jaime González y Mario Amilivia) y es más favorable a los postulados que defendieron, con mayor o menor fortuna, la inmensa mayoría de los ciudadanos del público que expresaron su comprensible rabia, tanto tiempo acumulada, ante la vergüenza que supuso la creación ficticia e interesada de esta burda comunidad autónoma. Una muestra clarividente de la enorme razón con la que contaban esas personas es la bochornosa incapacidad que manifestaron los tres ponenentes de la mesa (qué triste fue comprobar una vez más cómo políticos socialistas comparten a pies juntillas las tesis de la reprobable derecha leonesa -léase Mario Amilivia en este caso-) para responder ante las rotundas verdades que les echaban en cara esos ciudadanos conocedores como nadie de los tejemanejes, las falsedades y las cacicadas que se cometieron con el fin último de hacer nacer, costase lo que costase, este engendro maloliente.
    Como se ve, queda clara mi postura, que basándose estrictamente en ideas y criterios socialistas se incardina dentro del leonesismo que no tiene más pretensión que luchar cívica y democráticamente por la instauración de una autonomía para la región leonesa en pie de igualdad con el resto de regiones españolas, por supuesto también con la vecina de Castilla la Vieja. Yo concibo el leonesismo como un movimiento transversal que incluye a todos los ciudadanos conscientes y críticos, con independencia de la ideología específica que tengan por suya. No obstante, en mi caso particular considero que la ideología socialista y los postulados progresistas son los más adecuados para reivindicar una autonomía para la región de León, apoyándose en dos criterios: la búsqueda incansable de la igualdad y el combate contra la discriminación, por un lado, y el rechazo al nacionalismo conservador, por otro. Ciertamente, la región leonesa (y también la castellana, aunque no se queja por razones obvias) está siendo injustamente tratata y está siendo repugnanmente discriminada respecto al resto de regiones que integran la nación española, puesto que no dispone como las demás de su propia administración autonómica. Y, por otra parte, es igualmente cierto que "Castilla y León" es un producto sustancialmente nacionalista que no existía y que ahora existe por la imposición de unos cuantos políticos despreciables. Aquí se cometen prácticas nacionalistas tan vomitivas como las que tiene lugar en Cataluña o en el País Vasco, o las que se efectuaban en la España franquista: se falsifica la historia, se manipula a los niños y adolescentes en los centros educativos, se crean organismos oficiales para "crean conciencia regional", se oculta el arte, la historia, la cultura, el patrimonio...de la región leonesa, etc.
    Yo no vivía durante el mandato de Demetrio Madrid, y tampoco durante su injusto proceso judicial, que finalmente puso las cosas en su sitio, aunque tarde, pero Demetrio jamás debió ser presidente de la Junta de Castilla y León; este socialista zamorano debió ser presidente de la Junta de la Comunidad Leonesa, y seguramente hubiera desarrollado una excelente labor.
    Siento decirte, Alberto, que en ese debate estuviste en tu intervención, para mi gusto, algo tibio, aunque lo entiendo.
    Seguiremos compartiendo pareceres.

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  2. Vaya este comentario para agradecer a Daniel porque creo que ha entendido muy bien cuáles fueron las razones de mi tibieza el día de la presentación del libro de Demetrio Madrid. La realidad es que no me parecía momento de entrar en la discusión de cómo fue la decisión de que la provincia de León entrase en la autonomía con Castilla o hubiera sido preferible una autonomía uniprovincial. En cualquier caso dejé claro que yo había votado León solo cuando se consultó a los Ayuntamientos e insinué que estaba de acuerdo con lo que acababa de decir Luis Arias sobre las presiones que se habían recibido en los Ayuntamientos. En una próxima entrada en este blog y en dos columnas de Gente que salen el viernes 27 de febrero y el 4 de marzo explico un poco más cuál es mi postura en este punto.

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