jueves, 3 de abril de 2008

El liderazgo de Rajoy a debate

¿Debe continuar Mariano Rajoy al frente del Partido Popular?

Desde que Mariano Rajoy anunciara su determinación de continuar liderando el Partido Popular queremos conocer cuál es la opinión de nuestros lectores al respecto. A día de ayer, un 74% de los mismos creía que Mariano Rajoy debía continuar al frente del PP, mientras que un 26% opinaba que no. Ante la pregunta formulada, exponemos dos respuestas dispares:

He votado por la continuidad de Mariano Rajoy por varios motivos. El primero y fundamental porque ha demostrado ser el candidato del Partido Popular más favorable a los intereses del PSOE, cayendo derrotado ya en dos ocasiones. Solo me gustaría que fuese sustituido por un grupo renovador y propio de una derecha europeizada, encabezado por Ruiz Gallardón, por ejemplo, lo que sería negativo para el PSOE en clave electoral pero muy positivo para España. Viendo que las posibles alternativas no van precisamente en esa línea, sino que los medios afines (COPE, El Mundo) están pidiendo más dureza, radicalidad, crispación… y nada de consensos o pactos, teniendo como principales baluartes a Esperanza Aguirre o Manuel Pizarro, considero que lo mejor es que siga Rajoy tras el congreso de junio, y que el PP haga su particular travesía del desierto hasta encontrar un verdadero líder o ‘lideresa’, mientras no sea la autoproclamada.

Javier Revilla Casado

Rajoy se presentará al próximo Congreso del PP con dos derrotas electorales a sus espaldas y lastrado por haber formado parte de los Consejos de Ministros de los gobiernos de Aznar durante siete años sin poder presentar un balance de gestión positivo en ninguno de ellos. Fue elegido Presidente de su partido como los dirigentes del PRI en México, por el tristemente célebre dedazo. En cuatro años demostró que no fue capaz de separarse del discurso y del equipo ortodoxo que su valedor le determinaba y él, en último término, fue el responsable de las soflamas populares contra el Gobierno, haciendo del insulto y la descalificación personal su máxima. En consecuencia, un perdedor nato de elecciones, fariseo y sin un equipo solvente solo puede optar a la reelección en virtud de su contumacia.

Jorge Mateos Álvarez

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