miércoles, 23 de abril de 2008

Hipocresía de la derecha mediática (segunda parte)

Pedro José Ramírez Codina, el amoral. Rajoy, el eterno segundón.

Rajoy, el complaciente segundón

"Aquel 12 de julio de la ascensión al Puy de Dôme en la vigésima etapa de la edición del 64 yo tenía 12 años. Rajoy, nueve. Una diferencia suficiente, a esa edad, como para que él, tan forofo del ciclismo, esté comportándose últimamente como si nunca hubiera llegado a enterarse del profundo significado de lo que aquella tarde sucedió allí.

Fue la guerra de dos mundos. El pulso de todos los pulsos. El test supremo entre la mente y el músculo. Sólo faltó que el impresionante volcán del Macizo Central, en el que tribus ancestrales realizaban sus ofrendas religiosas, entrara en erupción mientras los corredores pespunteaban sus precipicios como si trataran de ceñir con un lazo rizado una empinada botella de borgoña. Aún resuena en mis oídos el sonido del duelo en la alta sierra, aún permanecen en mi retina las imágenes de aquella batalla épica. (...)

Desde el propio bando de Poulidor surgieron algunos reproches como que el ciclista era un gran tipo lleno de buen sentido, pero también algo gandul y que, por eso, a diferencia de Anquetil, no había hecho previamente la escalada para preparársela con la minuciosidad debida. También se dijo que el error táctico de sus asesores consistió en apostar por una etapa tranquila en la que el minuto de bonificación que entonces se asignaba al vencedor -y que fue a parar a Julio Jiménez- podía haber llevado a Poulidor a la cima de la general. O sea, algo así como pretender ganar unas elecciones a base de una participación baja y gracias a una ley que bonifica hasta tal punto a determinadas circunscripciones que con menos votos se pueden obtener más escaños que el rival.

En lo que tirios y troyanos coincidieron fue en todo caso en que había quedado patente que entre ambos existía una barrera psicológica. Anquetil era un ganador y Poulidor no lo era. Por eso a la hora de la verdad se había arrugado y no había ido a por todas. Y 100 veces más que se enfrentaran, sucedería lo mismo.

La primera reacción del derrotado fue de resentimiento hacia el vencedor -«Durante un tiempo lo detesté casi todos los días»-, pero poco a poco fue descubriendo el atractivo de su papel como ingenioso y feliz subcampeón y empezó a disfrutar de ese premio de consolación." Pedro J. Ramírez, "El síndrome Poulidor" en El Mundo, 13/04/08

Pedro J editorializa: votemos a Rajoy

"(...) Puesto que el PP ha acreditado su capacidad de afrontar con eficaces políticas liberalizadoras una crisis económica a la que puede parecerse mucho la que se avecina, puesto que la reducción de impuestos que ahora propone ya ha funcionado una vez, puesto que la mayoría de los españoles se muestran partidarios del Contrato de Integración con el que Rajoy quiere simbolizar el control de la inmigración, puesto que nada menos que un 88% de ciudadanos se declararon favorables a esa ley que permita estudiar en castellano en toda España a la que Zapatero dio la espalda en el segundo debate, no debería ser difícil argumentar que lo que más le conviene a nuestro país es el regreso al poder de quienes lo perdieron en tan singulares y dramáticas circunstancias hace cuatro años. Sólo con un Gobierno del PP podría, por cierto, relanzarse seriamente la investigación de la masacre del 11-M que el Parlamento cerró en falso y los tribunales mantienen entreabierta a la vista de las enormes lagunas que ha dejado la sentencia, pues los funcionarios que saben cosas que no han contado no hablarán mientras no se sientan a salvo de represalias políticas. (...)

El voto útil y el utópico

Por desgracia -y ésta es otra de las enormes desventajas respecto a 1996- no contamos hoy en el otro lado del espectro ideológico con una fuerza de implantación acreditada, dispuesta a defender los valores constitucionales con el temple y seriedad con que lo hizo la Izquierda Unida de Julio Anguita. Frente al patético seguidismo de Llamazares y ante el abandono por parte de Zapatero de las posiciones tradicionales del PSOE, sólo la emergente Unidad Progreso y Democracia (UPyD) de Rosa Díez -que antes o después debería fusionarse con Ciutadans- puede ofrecer una opción atractiva a aquellos votantes de izquierdas comprometidos con la unidad nacional que jamás apoyarán al PP.

Aunque el futuro de ese nuevo partido sea una incógnita, no hay ninguna duda de cuál sería el papel que con su valentía y claridad de siempre desempeñaría en el Parlamento Rosa Díez. Pedimos pues el voto útil, el voto del sentido común, la afinidad programática y el pragmatismo para el PP y el más utópico, idealista y contracorriente para ella. Buenos días y buena suerte... sólo para el que se la merezca." Editorial de El Mundo, 6/03/2008.

Pedro J, el Estudio General de Medios y los resultados electorales

Según la última oleada del Estudio General de Medios (Febrero a noviembre de 2007. Resumen general) El Mundo sigue siendo el segundo periódico de información general con 1.398.000 lectores, alejado de El País, que cuenta con 2.234.000 lectores. A pesar de que esta distancia entre ambos rotativos se mantiene desde hace años, Pedro J Ramírez no ha extraído aún la lección de aquella carrera entre Poulidor y Anquetil que con tanta pasión remembra.

Tampoco parece haberse enterado de que el 9 de marzo de 2008 los ciudadanos no secundaron su petición a la hora de emitir el sufragio. El partido "del sentido común la afinidad programática y el pragmatismo" ganó las elecciones y el partido "utópico" tan solo sacó un escaño.

Es probable que, a tenor de sus resultados electorales, Rajoy deba abandonar la presidencia del Partido Popular, pero esa decisión recae exclusivamente en los militantes y en los cuadros del Partido. Pero si Pedro J sigue pidiendo la cabeza de Mariano este debería pedir, sin dudarlo, la del director de El Mundo, quintaesencia de la doble, triple o cuádruple moral.

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