viernes, 21 de marzo de 2008

Generales 08: Manuel Pizarro el bluf del PP

La extraña metamorfosis del señor Pizarro

El pretendido `efecto Pizarro´ se diluyó en menos de dos horas, el tiempo que duró su debate sobre economía con Pedro Solbes en Antena 3. Aún así, el Partido Popular de León le paseó por El Bierzo. Al día siguiente de su estancia allí, David López Fernández, Secretario General de las Juventudes Socialistas del Bierzo, le dedicó la siguiente sátira que pone de manifiesto el talento, la imaginación y la erudición del joven dirigente berciano:

"Al constatar que, por fin, un personaje del calado (ustedes decidirán si bueno o malo) como el señor Pizarro se honra en visitar la comarca de El Bierzo, y encantado como estoy de tener por fin unos granos de arena del enorme reloj que marca estas elecciones para mí mismo, sentado en el escritorio, con la mantita barojiana sobre las rodillas y el ordenador a mano, hace un rato que me divierto pensando en el paralelismo entre las circunstancias vitales de este supuesto “maestro de la economía” y La metamorfosis, la obra más importante del insigne poeta romano Ovidio, obra que narra, en versos de carácter épico, las diferentes tretas de los dioses romanos para conseguir sus objetivos, entre ellas la tan habitual de transformarse en cualquier tipo de animal, persona, planta o cosa. Estoy seguro de que el señor Pizarro, junto con El Príncipe de Maquiavelo, tiene esta enciclopedia del “todo vale” como libro de cabecera; estoy seguro de que, de no ser así, alguien de su recién encontrado partido político ha tenido a bien regalarle este compendio de anécdotas de divinidades obtusas, pues él, estoy seguro, se considera casi un morador más del Olimpo. Hay quien le acusa de narcisista, pero, sin embargo, ¿Qué quieren que les diga? yo creo que él no se siente para nada identificado con Narciso; de hecho creo que, en su mente de “cráneo previlegiado” que dijera el poeta, se considera más cercano al todo poderoso Zeus, con el que ¿porqué no negarlo? tiene más en común, y a Ovidio, si me permiten, me remito: Si el señor todopoderoso de los Helenos, por conquistar los favores del púber Ganímedes se transformó en un águila, nuestro todopoderoso dios de los billetes de 500 € se transformó en una avestruz, y como hace este singular volátil cuya singularidad es no volar, como las gaviotas del PP si se las embadurna con chapapote, escondió la cabeza debajo del suelo, haciendo como que no veía, mientras que Endesa, una empresa pública, era privatizada, y un número ingente de trabajadores puestos en la calle, al mismo tiempo que nuestro omnipresente señor de las finanzas seguía con la cabeza bajo el humus de un buen fajo de billetes de nuestras añoradas pesetas. No contento con esto, y después de haber disfrutado de los pingües beneficios que esta operación, sin ningún género de duda, le reportó, nuestro personaje, para redondear su particular hagiografía, vuelve a mutar, y, como Zeus al raptar a la ninfa Europa, se transforma en un enorme toro, un morlaco de la ganadería de los Aznar-Rajoy, que, al grito de “Endesa antes Alemana que Catalana”, enviste contra un imaginario torero que blande la senyera por capote, arrasando cuanto y a cuantos se le ponen por delante, en una orgía báquica o pantagruélica (dejo el calificativo a su elección) de insultos, descalificaciones e imágenes chuscas de todo tipo; daban igual los intereses de los accionistas; no importaban las necesidades de un país, ni la libertad económica… sólo alimentar al Señor Pizarro, transformado ahora en Moby Dick, o, mejor, si me lo permiten y ahora que parece haberse acallado el fru-fru de las sotanas, en la ballena de Jonás.

“Y vio Pizarro que era bueno”… pero, no contento con esto, nuestro Pantocrátor de la derechona, en un giro sorprendente, de best seller de Corín Tellado, se transforma, como hizo el rey del Olimpo para conquistar a Danae, en lluvia dorada, lluvia con la que intenta embelesar a todos los “currantes” (que mal suena esta palabra en según qué bocazas) de este país, se levanten a las siete, a las cinco de la mañana, trabajen por la tarde, a turnos o sean serenos (a ver si el señor Rajoy se aclara con esto), y, de repente, nos encontramos de nuevo al señor Pizarro trasformado en personaje de cuento de Dickens, en una suerte de Charlot mezquino (aunque en lo del bigote le ganan otros), en un hombre que pasa frío, que no llega a fin de mes, que, según “la lideresa” (otra que debe tener problemas pecuniarios al arrancar la hoja del calendario de los sacerdotes más “buenorros” de la Conferencia Episcopal que regala la Cadena Cope a sus más fieles oyentes) se ha convertido en “el representante de los jóvenes y los trabajadores” ¿Qué quieren que les diga? yo siempre lo he visto tan bien en el papel de Mr Scrooge, haciendo caso omiso a los fantasmas de la ignorancia y la miseria que vienen a visitarlo por navidad.

Como último gran cambio, la gran última chanza de este personaje de leyenda (negra, pero leyenda al fin y al cabo) es su mutación final, en la que, como los señores Riesco y Morano, parece haberse convertido en un hermoso ejemplar de jabalí, dispuesto a remover con el hocico la superficie de toda nuestra comarca, buscando en cada palmo, sin encontrarlo, una razón para criticar la malísima según ellos gestión del Presidente del Gobierno en su provincia y en la comarca de El Bierzo, intentando alimentar así sus ganas de ganar unas elecciones que de antemano saben perdidas.

Así es. El Señor Pizarro, que está llamado, según los dirigentes de su partido, a ser El Todopoderoso Señor de los Rayos (por aquello de la electricidad), los fajos de billetes, las Opas y las calculadoras, mientras que el señor Gallardón, convertido en una suerte de “Prometeo made in PP” ve como la “lideresa” le carroñea el hígado todos los días; Tenga cuidado, Señor Pizarro, con eso de las mutaciones, me da que las suyas poco o nada tienen que ver con el cambio climático del Señor Rajoy y su primo; tenga cuidado, porque a lo mejor, algún día abandona a los clásicos (no, no me refiero al PP, si no a Ovidio), y le da por leer a autores mas contemporáneos, no vaya a ser que acabe convertido en el ser extraño que acaba fagocitando a Gregorio Samsa en la otra gran Metamorfosis que ha dado la literatura universal, la de Kafka… tenga cuidado, no vaya a ser que, como el Señor Samsa, un día no pueda girarse sobre su nuevo cuerpo de quitina…

Por cierto, como de clásicos va el juego, le aconsejo que, para la resaca electoral, cuando tengan que digerir su flagrante derrota, lea usted De consolatione Philosophiae, de Boecio, el mismo libro que Ignatius J. Reilly, personaje nacido de la simbiosis de Homer Simpson y Arias Cañete, lee para consolarse en La Conjura de los Necios claro que de esto último (de conjuras y necios) andan ustedes sobrados…"

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