"¿Qué culpa tengo yo? / Nosotros, ay, hemos sido / pétalos de una rosa / que se murió de frío" F. G. Lorca
El sábado 21 de junio se celebró en Jabares de los Oteros un hecho muy llamativo por lo insólito que fue la inauguración de un monumento a las víctimas de la represión franquista del sur de León, construido en el arroyo de Valdearcos dentro del término de esta localidad que pertenece al municipio de Cabreros del Río.
El monumento ha sido construido por la Asociación de Estudios sobre la Represión en León (AERLE), de la cual soy socio fundador y fui su primer presidente, cargo que desempeñé desde sus comienzos hasta el día 2 de enero del pasado año 2007. Es lógica pues mi contrariedad por no haber podido estar presente en este acto del cual los lectores de este blog han tenido cumplida información como está sucediendo con todo lo que acontece en nuestra comarca desde que existe este moderno y eficaz medio de información. Y en ese mismo acto se anunció que el sábado siguiente día 28 se iba a inaugurar otro monumento más ambicioso pero de las mismas características en la Valverde de la Virgen. Esta inauguración fue después pospuesta para ocho días más tarde por lo que si no hay otro cambio se celebrará el día 5 de julio. La noticia del traslado para el día 5 del acto previsto para el 28 se ha producido el jueves 26, por lo que algunos de los interesados en acudir les puede llegar después del sábado por lo que es previsible que más de uno vaya a la Virgen del Camino y se encuentre con que de lo anunciado para ese día no hay nada.
Lejos, pues, de mi intención hacer una crítica total al funcionamiento de una Asociación en la que tantas esperanzas he depositado y que tanto y tan importante trabajo tiene por delante. Otro día hablaremos de ello. Pero hoy solo quiero dejar constancia de mi total desacuerdo con la forma de convocar los dos actos que estamos comentando. Del de Jabares no se enteró ni siquiera la gente que vive en el pueblo y del de la Virgen del Camino no sabemos todavía cuántos y cómo se van a enterar.
Yo, personalmente, hubiera querido estar en ambos y no voy a presenciar ninguno de los dos debido a la mala planificación informativa. Pero eso es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que los actuales responsables de la Asociación reconozcan sus fallos y pongan remedio a los mismos. Ya sé que las cosas a veces no son tan sencillas como parecen pero lo que es indiscutible es que una Asociación debe procurar la mayor participación posible de sus asociados en todas las actividades de la misma. Y no está siendo ése el caso de AERLE sino todo lo contrario. Y las víctimas de la represión y sus familiares se merecen mucho más que lo que se está haciendo por ellos.
Alberto Pérez Ruiz
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