La historia continúa
Título: El retorno de la historia y el fin de los sueños
Autor: Robert Kagan
Editorial: Taurus
Lugar: Madrid
Año: 2008
India: aliada nipona por colindar con China
La evolución económica de India, con un crecimiento espectacular en la década de los 90, ha posibilitado que alcance el estatus de gran potencia. Su relación con China, históricamente conflictiva, no es precisamente armónica. Las secuelas de la agresión china de 1962, algunos litigios fronterizos por resolver y el solapamiento en las esferas de influencia de estas dos potencias hacen que el equilibrio entre ellas sea delicado, y el caladero de aliados de cada una sean los países más enemistados con la otra (Japón y Pakistán).
Irán: la nostalgia persa y el asfixio teleológico
Irán tiene nostalgia de lo que fue Persia. Su única manera de hacerse valer en la región y ser respetado militarmente por los Estados Unidos es adquiriendo capacidad nuclear. Es el único país de la región con mayoría chií, en un océano suní. Es, al igual que Rusia y China, una autocracia.
La tesis del autor
El autor, en definitiva, defiende la tesis de que el mundo actual se divide, grosso modo, entre democracias y autocracias. Cree que Europa y Estados Unidos se encuentran ante la siguiente disyuntiva: apoyar implícita o explícitamente a los regímenes autocráticos o presionarles para que muten en democracias que respeten los principios ecuménicos de la Ilustración. No hay término medio.
Cree, asimismo, que aunque el ideal liberal triunfara una vez finalizada la Guerra Fría, y aunque hoy por hoy las democracias abunden más que en cualquier otra época, que existe un auge de las potencias autocráticas, que tienden a cooperar entre sí -Rusia con Pakistán, Pakistán con China...).
En occidente asistimos, afortunadamente, al decline de las religiones, una de las grandes virtudes de la modernidad. En cambio, las fuerzas reaccionarias del islamismo, aunque minoritarias, son una fuente de inestabilidad internacional y de terror ilimitado.
Robert Kagan refuta la tesis de que la modernidad nos conduce inexorablemente a la paz perpetua. Como muestra, el siglo XX, el más destructivo de la vida humana.
Ni la historia finalizó en los años 90 de la pasada centuria ni las relaciones internacionales se mueven, a su juicio, en distintos parámetros a los tradicionales. Kagan, que se define como liberal y se proclama defensor de los principios ilustrados, cree que los Estados demócratas no pueden abjurar de su responsabilidad de combatir las autocracias e impedir que acumulen más poder. De ello depende su seguridad. Es su tesis, es la parte negativa del retrato del mundo. La visión positiva, Cosmocracia.
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