domingo, 1 de junio de 2008

Manuel Azaña: "La velada en Benicarló" (segunda parte)

Desde el punto de vista español, una esperanza

Título: La velada en Benicarló, en Volumen 6 de Obras completas (Edición de Santos Juliá), páginas 33 a 92
Autor: Manuel Azaña
Edición: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Mº de la Presidencia
Año: 2007
Lugar: Madrid

[Primera parte]


La Ilustración y el régimen

"El problema se reduce a un problema de libertad, de razón, de dignidad humana. A implantar un régimen tolerable, tolerante, manifiesto en un Estado más inteligente, más próximo a la moral social de nuestro tiempo, que aproveche mejor el valor de los hombres y respete la independencia del juicio. Es punto esencial. Confío en que acabada la trifulca reaparezca la libertad de opinión." Eliseo Morales, escritor (págs. 70-71).
La civilización frente a la barbarie española
"La crueldad, el orgullo, la cobardía, la ambición son prendas de la especie. La civilización, que no consiste en fabricar tractores sino en cultivar los sentimientos y domesticar los impulsos feroces, se esfuerza en apartarnos del impulso natural humano. Los grandes sistemas que se han disputado o se disputan la educación moral del mundo no han podido variar nuestra índole, pero autorizan su norma con el ejemplo de algunos testigos, y se propagan, se imponen, se mantienen por el prestigio, la coacción y el hábito. Un nuevo tema civilizador no brota de la espontaneidad turbulenta. Se condensa y declara en el ápice mental de algún sujeto insólito, de donde recae como la lluvia y la luz. Penetra hasta donde puede. El mar resplandece en la superficie y es oscuro, sordo, en el fondo." Garcés, ex ministro (pág. 74).
El interés nacional
"¿Se identifica la paz con el interés nacional y es posible en su nombre que un pueblo rehaga su cohesión y unifique su conducta? En términos generales, nadie le dirá a usted que la paz sea contraria al interés nacional. Pero no ha habido una sola guerra en que el agresor y el agredido hayan dejado de invocar el interés nacional para sostenerla, y una gran parte de la nación haya dejado de admitirlo, de creerlo. ¿La paz interior, la conservación del patrimonio material y espiritual? Parece aún más claro. Sin embargo, ahí tiene usted a la nación desgarrándose las entrañas y a los tres o cuatro Gobiernos que de hecho o de derecho existen en España invocando, con aplauso de sus secuaces, el interés nacional. Lo cual significa, y es lo importante para mi tesis, que ni siquiera el mantenimiento de la paz interior, postulado fulgurante, al parecer, del interés común, disciplina a la nación y la agrupa en torno de su objeto. ¿Cuál será entonces el dictado del interés nacional, bastante a obtener el asenso de todos? ¿La independencia? Si no lo es, no queda ninguno." Garcés, ex ministro (pág. 83).
El español intransigente
"Ustedes decían que el enemigo de un español es otro español. Cierto. ¿Por qué? Porque normalmente es de otro español de quien recibimos la insoportable pesadumbre de tolerarlo, de transigir, de respetar sus pensamientos. España, en general no se ocupa del extranjero. El español medio, y no digamos el que está por bajo, cree saber que hay pueblos risibles, pueblos temibles. Descansa en la seguridad de no alternar nunca con ellos. En el fondo se encoge de hombros. El blanco de su impaciencia, de su cólera y enemistad es otro español. Otro español quien le hace tascar el freno, contra quien busca el desquite. ¿El desquite de qué ofensa? La ofensa de pensar contrariamente. El español es extremoso en sus juicios. Está enseñado a discurrir partiendo de premisas inconciliables." Morales, escritor (págs. 84-85).
El socialismo y el patrimonio nacional
"Aquella expresión: «Lo que hay de España es de los españoles», no pasa de ser una hipótesis igualitaria desacreditada. Del patrimonio nacional productivo vivimos todos, mejor o peor. Patrimonio formado por la suma de innumerables patrimonios particulares, téngalo presente, y el del Estado. Discurre usted como si el patrimonio nacional se formase de riquezas acumuladas y de los medios de obtenerlas o crearlas, solamente. Parte considerable del patrimonio es el trabajo, como quiera que aparezca y se aplique. El patrimonio será muy nacional, pero no es común. Vea usted si la diferencia es grave. Y en cuanto a nacional, lo menos posible. Se llama así solamente porque unos cientos de miles de Juanes y Pedros, sus poseedores, son de nuestra nacionalidad y usan el interés nacional como escudo protector. De los frutos del patrimonio nacional vivimos, pero muchos apenas viven, o malamente." Pastrana, prohombre socialista (pág. 89).

Suya es la vida
"Garcés: Mire usted aquéllos, en la orilla. Tampoco quieren dormir. Por otros motivos.

Barcala: Laredo y la Vargas... se arrullan.

Morales: Suya es la vida.

Lluch: Son tan de la muerte como nosotros. Si escribe usted la crónica de esta velada, no la falsifique acabándola con un símbolo trivial." (pág. 91).

1 comentario:

  1. Este tipo de publicaciones, más aún, cuando se contraponen al contenido y el epíritu de lo publicado el día 29 son las que elevan el listón del blog y realizan la doble misión ilustrativa y pedagógica que también son misión del partido. GRACIAS COMPAÑEROS.

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